La factura del ladrillo
La patronal advierte de la pérdida de empleo
El sector de la construcción, en toda Andalucía, pero especialmente en la provincia de Málaga, se ha despertado de la barra libre inmobiliaria del último lustro con una resaca de caballo. Desde el pasado otoño, el número de viviendas visadas, sobre todo en los municipios costeros, se ha desplomado. Las grúas dejan su lugar en el paisaje a los carteles de "se vende" y miles de trabajadores temen por sus empleos, después de unos años en los que dejaban una obra a medio terminar para irse al tajo de al lado, donde pagaban más.
La patronal del sector en Málaga pronuncia ya abiertamente la palabra maldita: crisis. En la pasada edición de Fitur, el presidente de la Asociación de Constructores y Promoteres de Málaga (ACP), José Prado, informó de que en 2007 se vendieron en la provincia residencias destinadas al mercado turístico por valor de 540 millones de euros, frente a los 2.215 millones facturados apenas dos años antes. De continuar esta tendencia, que ha colocado a Málaga en el último lugar de España en venta de segundas residencias, cuando en 2005 encabezaba la tabla, cerca de 60.000 trabajadores de los más de 100.000 empleados en las épocas más boyantes se arriesgan a ir al paro, según la patronal. En el mes de enero, 778 andaluces perdieron su empleo en la construcción
Francisco Díaz, delegado de construcción de Comisiones Obreras en Málaga, constata que en la Costa del Sol las obras se han parado. "¿Cuánto tiempo llevamos sin accidentes en la construcción? No es porque haya más medidas de seguridad, sino porque no hay trabajo. No hay obras nuevas y las que están en marcha les está costando terminar", afirma. Los mayores problemas se están dando en empresas pequeñas, normalmente subcontratas de empresas de tamaño mediano. "En el momento en que las empresas medianas retrasan el pago, las pequeñas se quedan sin dinero", asegura.
Los sindicatos temen que las empresas aprovechen la crisis "para precarizar más el sector", en el que trabajan miles de personas sin cualificación e inmigrantes, que son los primeros en perder su empleo. "Hay una necesidad tremenda de profesionales formados, pero en estos años no ha habido tiempo para la práctica, la empresa pedía metros y más metros", afirma Díaz.
La patronal achaca el desplome en Málaga al efecto Marbella y a la inseguridad jurídica de los compradores ante la situacion de las viviendas ilegales en esta ciudad. Además, también se quejan de la falta de suelo provocada porque ningún municipio de la provincia tiene aprobado sus Plan General de Ordenación Urbana.
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