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LIBROS | Perfil

Oriente Próximo a través de un misterio

El autor galés Matt Beynon Rees retrata en El maestro de Belén el complejo entramado de la sociedad palestina

Siempre deseó escribir. Desde que a los siete años un tío abuelo le enseñó una cicatriz en el culo causada por un balazo turco en Betunia, muy cerca de Ramala (Cisjordania), durante la Primera Guerra Mundial. Matt Beynon Rees fue apedreado en ese mismo lugar ocho décadas más tarde, cuando trabajaba como corresponsal de la revista Time en Jerusalén. Hasta que en enero de 2006 decidió arriesgar y vivir de la literatura. Emulando a Samuel Agnon, el único Nobel de Literatura israelí (1966), o a Ernest Hemingway, Beynon Rees escribe de pie sobre un atril. No por afán de imitación -adora a Raymond Chandler-, sino porque este galés de 40 años sufrió una lesión en la espalda jugando al fútbol. Le resulta conveniente permanecer erguido frente a la ventana de su despacho. Casi se divisa Belén, la ciudad en la que transcurre su ópera prima, El maestro de Belén, una novela policiaca que ahonda en los entresijos de la compleja sociedad palestina, en sus laberínticos campos de refugiados, en la depresión que aqueja a una población angustiada, en sus costumbres culinarias, en las destrozados vínculos entre las comunidades musulmana y cristiana de Belén, en las mafias afectas a un poder político corrupto que se hunde paulatinamente, sin remedio...

"El maestro no es un héroe, sufre achaques. Se parece más al inspector Moss o a Montalbano"

Licenciado en Literatura Inglesa en la Universidad de Oxford, Beynon Rees estudió periodismo financiero y optó por cursar un máster en Maryland (Estados Unidos). Trabajó para la revista Forbes y para el diario The Wall Street Journal. "Me sentía viejo cuando con 26 años cubría la información de Wall Street", afirma el escritor, padre primerizo de un bebé. "Ahora, vuelvo a ser joven". Después de 11 años de residencia en la ciudad santa, no piensa abandonarla. "¿Dónde puedo ir?", se pregunta. En Europa o Estados Unidos pocos lo creen, pero Jerusalén "es un lugar muy tranquilo para vivir". Si alguien logra abstraerse del conflicto entre israelíes y palestinos, puede llevar una vida muy apacible. Y Beynon Rees se declara hastiado de esta eterna guerra. En El maestro de Belén sólo se aborda superficialmente. Seguramente porque es imposible que cualquier árabe de Palestina no sufra en carne propia los efectos de la ocupación en su vida cotidiana.

¿Y por qué una novela policiaca? "Quería escribir", explica Beynon Rees, "para que la gente conociera Oriente Próximo a través de un misterio. Y porque la realidad de los palestinos es un misterio. Es muy difícil sacar a relucir lo que piensan, su vida interior. Son retratados como víctimas patéticas de los israelíes o como terroristas. Nada de eso es cierto". La obra está inspirada por un personaje real al que el escritor admira, un ciudadano palestino que se atrevió a contar a Beynon Rees lo que no osaría expresar a muchos de sus vecinos. "Sabía que hablar conmigo no sería peligroso". Hablar demasiado en Palestina puede serlo.

El protagonista, Omar Yusef, es un profesor musulmán de historia en una escuela de niñas en el campo de refugiados de Dehaisha. Se enreda voluntariamente en una trama que implica contra su voluntad a un hombre cristiano recién regresado de Chile y que acaba ahorcado y tiroteado en la plaza más céntrica de Belén, junto a la basílica de la Natividad. Pero no es un relato de buenos y malos. "Nunca he querido dar a entender que la comunidad musulmana es la mala y la cristiana la buena".

"El maestro no es un héroe, sufre achaques. Se parece más al inspector Moss o a Montalbano. Los detectives de las novelas estadounidenses deben ser machos, tener apellidos irlandeses que suenan más duro". Yusef es un tipo de lo más normal. Un cincuentón ex alcohólico que se derrite cuando narra cuentos a su nieta, que afronta riesgos porque son imprescindibles para proteger el futuro de la sociedad, que tiene miedo, que antes de tratar cualquier asunto con su interlocutor puede dedicar minutos a preguntar por la salud de un familiar, y que saluda con un "mañana de alegría", como habitúan a hacer los palestinos, o un "demos gracias a Alá", durante el periodo del mes sagrado del Ramadán. La novela es también un retrato costumbrista de una sociedad desconocida.

"Habitualmente, en las novelas de intriga un personaje lucha por la justicia en un ambiente sin ley ni orden. Es lo que sucede a los palestinos. La policía teme a los gánsteres, y a menudo los policías son los gánsteres". Yusef se enfrenta a ellos -a las Brigadas de los Mártires de los Mártires de Al Aqsa, una mafia que se enseñorea con impunidad por la ciudad, armamento en mano y actitud chulesca- aparentemente dominado por el pesimismo. En el fondo, sin embargo, es un optimista.

"He querido revelar cómo actúa un hombre con principios, capaz de ver la realidad. Sus comentarios son a veces amargos. No es feliz con lo que observa, pero sí sabe el tipo de sociedad en el que le agradaría vivir". Por eso eligió Beynon Rees a un docente de historia para encarnar el personaje de detective amateur, que parece quedar atrapado por su nueva dedicación. "Porque el propósito de la historia es guiar el futuro. Mucha gente aquí está atrapada en el pasado. Hay que liberarse del pasado, y eso sólo se logra comprendiendo la historia. Aquí no se quiere hablar con el enemigo, se quiere hablar con la historia".

"El libro", relata Beynon Rees, "ha sido muy bien acogido en Estados Unidos por la crítica y ha sido nominado para premios importantes, pero creo que es una novela pensada para europeos porque están más abiertos a mirar en el interior de los personajes. Es apropiado para lectores que quieren misterio y, al tiempo, aprender sobre otras culturas. El género policiaco es muy apropiado para explicar los comportamientos en una sociedad que tiene tanta gente preparada para matar. Y creo entender por qué se asesina con facilidad. No son enfermos mentales, comprendo por qué se transforman cuando matan".

Una sociedad que presencia el florecimiento del islamismo y el desmoronamiento de las relaciones entre musulmanes y cristianos. "Hace no muchos años, la basílica de la Natividad era un centro de actividad social. Eso ha terminado", comenta el autor. El cristiano con medios para huir, huye. La segunda Intifada, la revuelta popular desatada en el año 2000, lo ha podrido todo. La víctima inocente de la trama, la que mueve a Yusef a pensar en cambiar de profesión, es George Saba, fiel reflejo de lo que han padecido los cristianos en Belén y en los adyacentes campos de refugiados de Beit Yala y Beit Sahur. Y un ejemplo de la impotencia que sienten quienes nada pueden hacer contra la pérdida de influencia en una tierra que consideran tan suya como los musulmanes.

Son decenas de miles los emigrantes procedentes de Belén que hoy día viven en países como Chile. Pocos, muy pocos, retornan. Ellos también miran al pasado, pero con casi nula capacidad de dibujar el futuro. "Cuando hace cinco años un grupo de milicianos palestinos se refugió en la iglesia de la Natividad se produjo un acontecimiento crucial. Se atravesó la última línea roja. También para muchos musulmanes, que supieron que a partir de ese instante nada volvería a ser igual con sus amigos cristianos. Es horrible cuando una minoría siente que está muriendo", precisa el galés, siempre con una media sonrisa que denota confianza y optimismo, probablemente porque, por fin, se ha volcado en la literatura, la pasión que le inculcaron las aventuras de su tío abuelo, el militar, el del balazo en el trasero. -

El maestro de Belén. Matt Beynon Rees. Traducción de Carlos Gómez. Ediciones B. Barcelona, 2008. 336 páginas, 18 euros. www.mattbeynonrees.com

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