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La semana de la moda concluye con nuevos valores y algo de bilis

José Zambrano consigue el premio Zona D con una colección masculina

Nueva sangre, y algo de bilis, en la tercera y última jornada de la Semana de la Moda. ModaKaos, el autodenominado desfile transgresor protagonizado por los estudiantes de las escuelas de diseño de Valencia inauguró el día, sorprendiendo por la frescura de sus propuestas y su exploración, más o menos arriesgada, de las tendencias. Destacaron los maxisueters de Carla Fuentes, el estilismo imposible y caricaturesco de Fidel David y el skate-wear deconstruido de Manuel Sánchez. Nuevos talentos que brotan al sugerir nuevas maneras, aunque algunas previsibles y mero objeto de deseo de las revistas de tendencias.

Tonuca presentó un desfile vanguardista y en cuatricomía

El conjunto de nuevos diseñadores que se presentaron al concurso Zona D era variado tanto en sus orígenes, como formaciones y proyección; en cierto sentido, ha sido el reflejo vivo de cómo es la moda de hoy. José Zambrano se alzó con el galardón a través de una colección masculina conceptual que tenía mucho de la plástica de la perfomance, con un tratamiento riguroso del acolchado de costura diamante con el que elaboró, siempre en negro, desde chubasqueros con capucha a esclavina de cochero. Le siguió la alemana Bianca Beyer, que tuvo su mejor momento en piezas compartibles para hombre y mujer con estructura de un mono-escultura y decorados rabiosamente con motivo de action-painting. El tándem compuesto por Encarnación y Cristina Tomero mostró su mejor lado en el punto industrial y en el juego geométrico de un parcheado con nervaduras que simulaba una vidriera o vitral. También concursaron la noruega Ellen Panden y la firma Laga, compuesta por los hermanos bilbainos José y Gonzalo Iraolagoitia, buenos fabricantes de bolsos pero inmaduros modistas. Y finalmente Paco Fortea (Valencia, 1968) que insistió en el punto artesano y el juego de tapiz que le acercan con demasiada evidencia al clásico Francis Montesinos.

Carlos Haro abrió la tarde con una colección bastante apática en intenciones. Comenzó con unas piezas contenidas, pero pronto desbocó en la teatralización a la que nos tiene acostumbrados. Los límites entre el camp y el punk se desdibujan aún más en sus vestidos copa invertida entre el crepe satén y la muselina. A continuación, Hoet realizó una colección comercial sin traicionar a los nuevos modos: vuelta al hábitat más artificial, y a los orígenes de los tejidos naturales y texturas orgánicas. Luego, Higinio Mateu presentó una colección tridimensional en el juego óptico de las estampaciones que no en el corte. Tonuca volvió a hacerla, y para bien. Presentó una colección melancólica, pulcra, vanguardista y en cuatricomía. Desarrolló en la pasarela la teoría de los cuatro humores de Hipócrates: flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra. Cerró la Semana la colección Dual de David Delfín. La ambivalencia en estado puro.

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