La tenacidad de tres pioneras
Las primeras empresarias coruñesas rememoran sus difíciles inicios
En la España franquista de hegemonía masculina eran muchas las mujeres emprendedoras con negocios como una churrería, una mercería o una escuela que montaban y dirigían sin ayuda, aunque con la carga de depender de la firma de sus maridos para cualquier transacción bancaria o financiera. Lo único que las mujeres podían pagar legalmente era la licencia fiscal. Y si no había hombre en casa, "había que poner en los pagos y facturas 'viuda de', con los nombres y apellidos del difunto". Como le ocurría a Elvira Otero Bermúdez, la que fue la presidenta fundadora de la Asociación de Empresarias de A Coruña (AECO), la primera en Galicia que vio la luz en mayo de 1971.
A sus 85 años, sigue bajando cada día hasta la mercería y las dos tiendas de ropa de confección "para señora y caballero" con las que fue ampliando el negocio iniciado en 1954, cuando se quedó sola con un hijo de ocho años. Y si Elvira se resiste a decir su edad, también le costó, "cansada de pelear", dice su nieta Ester, aceptar el homenaje que anoche le brindaron a ella y otras dos socias fundadoras de aquella primera organización de mujeres con empresas, Carmen Borrego y Rosa Otero, las hoy 200 socias del colectivo coruñés.
"Una mujer, para ser libre, debe tener independencia económica"
Las emprendedoras de A Coruña fueron de las primeras en organizarse
"Una mujer, para ser libre, primero tiene que tener también la libertad económica y de acción, sin depender del hombre", explica Borrego, dueña y profesora ahora retirada del colegio Karbo, que fundó en 1967 cuando se instaló con su marido y sus cuatro hijos en A Coruña. "Siempre me meto en la cosa femenina porque aquella era una sociedad machista, pero hoy aún queda bastante", cuenta Carmen, que a sus 72 años y con un esposo inválido sigue colaborando con la asociación que ayudó a fundar.
Las empresarias coruñesas fueron de las primeras en España en organizarse como colectivo, pero aquello también fue cosa de hombres, una iniciativa de los poderes franquistas y los entonces sindicatos verticales que agrupaba a obreros y patronal. "Fue el Gobierno, que como suele hacer, se aprovecha y se acuerda de la mujer cuando le conviene, el que lo decidió y nos llamó en 1971 para crear esa asociación", cuenta otra de las fundadoras y hoy aún en primera línea del movimiento asociativo de las mujeres de toda Galicia, Ángeles de la Iglesia.
Pero las pioneras de A Coruña no tardaron en tomar las riendas y dar la batalla, junto con las mujeres juristas de la época, hasta conseguir en 1975 abolir la dependencia marital de la Ley del Comercio o aprovechar, dos años después, el derecho de asociación para legalizar sus organizaciones. No obstante, ya con la democracia instalada, las asociaciones de empresarias se quedaron inactivas hasta que en 1982, al darse cuenta del predominio masculino en todas las organizaciones sectoriales de la patronal, volvieron a reactivar su movimiento, cuenta De la Iglesia, presidenta durante más de 33 años del colectivo coruñés, promotora de las de Lugo, Ourense y Pontevedra y hoy al frente de la federación provincial. A Ángeles, de 69 años, "inquieta y con mal genio para decir las cosas porque a estas alturas", le importa "un pepino" pisar algún callo. No tiene parada.
Llegó a tener tres cafeterías y churrerías -hoy sólo una que tiene alquilada- y considera necesario para las nuevas generaciones homenajes como el que se celebró anoche, también "para llamar la atención sobre la necesidad de no acostumbrarnos a esta vida fácil, algo de lo que me alegro pero que no es excusa para ser más vaga, ni dejar de ponerse retos y listones". De la Iglesia y Borrego destacan que la empresaria hoy tiene que seguir luchando y compaginando "su primera empresa, la familia" con su negocio. "Y si ellos, los hombres, prosperaron más que nosotras fue porque podían compartir ocio y empresa, mientras nosotras teníamos que estar en casa para la cena y los niños". En eso sí, subraya Ángeles, asociarse resultó crucial para ganar independencia, formación y asesoramiento.
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