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Reportaje:

Independentistas al filo de la ley

La izquierda 'abertzale' ha regresado al gobierno de los ayuntamientos tras las siglas de ANV con más fondos para presos y causas ideológicas afines

El regreso de la izquierda abertzale al gobierno de casi medio centenar de ayuntamientos del País Vasco y Navarra tras las siglas de ANV (Acción Nacionalista Vasca) ha sido una prueba de fuego con la que ha querido dejar claro que está dispuesta a ser escrupulosa en el respeto a la legalidad con tal de mantener el poder que ya había tenido antes. Nada peor para los radicales que la condena al ostracismo y la ilegalidad.

Aunque mantengan todavía algunos tics antisistema, más acusados en unos pueblos que en otros, su regreso a los consistorios ha sido silencioso y más bien discreto y no ha supuesto, salvo en algún municipio emblemático, un incremento de la tensión en la calle ni la utilización de los plenos como plaza pública donde acosar a la oposición.

ANV presenta por Guipúzcoa a varios de sus alcaldes y ediles

Tan sólo en dos municipios, Hernani (Guipúzcoa) y Elorrio, (Vizcaya), ANV inició la andadura municipal extralimitándose con viejas maneras ya desterradas. Eso sí, lo hacía por los presos etarras a los que la izquierda abertzale necesita constantemente transmitir calor para que no se sientan abandonados.

A los dos meses de acceder al Gobierno, los dos regidores creaban su respectiva comisión municipal de apoyo a los reclusos de ETA. Fueron rápidamente impugnadas por la Delegación del Gobierno, que pidió la suspensión de los acuerdos, una medida que, por ahora, ha neutralizado su operatividad.

Los presos reciben atención a través del cuidado a sus familiares, a los que financian sus desplazamientos a las cárceles desde los municipios de ANV. Son consignaciones presupuestarias que pueden alcanzar los 25.000 euros, como en Mondragón, donde ANV gobierna junto a EB, aunque en otros pueblos ni siquiera constan, como es el caso de Pasaia, un consistorio clave de la comarca de San Sebastián que ha recuperado ANV.

Esto no quiere decir que no se den, solapadas bajo otras denominaciones. Por ejemplo, podrían estar incluidas entre los 50.000 euros para "proyectos de carácter nacional" que Pasaia acaba de aprobar en los presupuestos del 2008.

Estas subvenciones sin definir, destinadas a organizaciones sociales, deportivas o culturales pero ideológicamente afines, son una constante que ha experimentado con ANV un incremento espectacular. Elorrio concedió 12.000 euros a la Asociación contra la Tortura (TAT), y Mondragón ha incrementado en 2008 la partida presupuestaria destinada a "participación ciudadana" en 900.000 euros. En Bergara, donde ANV gobierna con Aralar, estas subvenciones se solapan entre partidas sobre gastos sociales.

Pero una de las incógnitas que suscitaba la vuelta de los radicales a los consistorios donde habían gobernado era si su presencia iba a procurar un plus de impunidad y chulería a sus huestes, si iba a regresar la tensión a las calles y la crispación del ambiente social debido a esas actitudes antidemocráticas denunciadas por el resto de partidos. Aunque las percepciones son dispares, casi todos los ediles consultados coinciden en afirmar que el regreso de la izquierda radical bajo las siglas de ANV ha sido tranquilo y prudente.

"Les dijimos que no nos íbamos a oponer a su política siempre y cuando no se utilizara al pueblo para incrementar la tensión en la calle o a través de mociones políticas que crispan la situación; y lo están cumpliendo", asegura un edil nacionalista de Mondragón, el municipio más importante de los que gobierna ANV, sede del movimiento cooperativo englobado en MCC. Una impresión corroborada por la única concejala del PP, Itziar Laskurain, que les percibe "absolutamente cautelosos" con la legalidad. Precisa que la única "salida del tiesto" de ANV estos meses fue votar en contra de la moción de condena de los asesinatos de ETA en Francia a dos guardias civiles.

Una visión de la que el socialista Paco García Raya, veterano edil mondragonés, discrepa al considerar que el resto de formaciones, incluido el PP, se encuentran bajo el "síndrome de Estocolmo" y no se atreven a criticar al Gobierno local. "Aunque ANV tiene mucho cuidado en no rebasar la línea roja de la legalidad, se ha producido un claro deterioro en el pueblo. Han aumentado las pintadas, las pancartas y las manifestaciones", añade.

En Hernani, el otro ayuntamiento emblemático de los abertzales, no son sólo los socialistas, como en Mondragón, sino todos los grupos de la oposición quienes describen este cuadro negativo, del regreso de las pintadas y la tensión callejera. Sin embargo, la ex alcaldesa de Pasaia, la socialista Izaskun Gómez, asegura que en su pueblo la hegemonía de los radicales "no se palpa en la calle".

Entretanto, ANV presentó ayer en un acto en Hernani las listas que presentará al Congreso y Senado por Guipúzcoa que integran sus principales cargos públicos, alcaldes y concejales. Su nuevo y último desafío ante la previsible ilegalización.

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