Partidos y sindicatos rechazan la supresión del correo a domicilio

Las restricciones que pretende imponer Correos en la entrega de cartas en las aldeas disgustan a los tres partidos. PSOE, BNG y PP coinciden en criticar el decreto del Ministerio de Fomento que permite a la empresa pública dejar de entregar las correspondencia a domicilio en las zonas del rural más aisladas y con menos densidad de población.

La CIG anunció ayer que creará una plataforma ciudadana para intentar frenar el cambio, en la que invita a integrarse al resto de centrales, fuerzas políticas y asociaciones de vecinos. El próximo 14 de febrero convocará una concentración en Santiago para mostrar su rechazo a la norma, aprobada el pasado mes de abril.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, considera un "error" que habitantes de áreas rurales tengan que desplazarse a diario a buzones comunitarios para recoger su correo y señaló que su gobierno estudiará medidas para intentar frenar las negativas consecuencias que este cambio provocará en Galicia, la comunidad con la población más dispersa de España.

El número dos del Gobierno gallego, el nacionalista Anxo Quintana, augura que la aplicación del decreto de Fomento tendrá un "resultado nefasto" en Galicia. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cerró filas también en defensa de un reparto de cartas "universal", aunque culpó de la situación a socialistas y nacionalistas por su apoyo a la ministra responsable, Magdalena Álvarez.

La CIG pretende movilizar a vecinos, políticos y trabajadores de Correos para salvar el reparto puerta a puerta. Su portavoz Xosé Blanco apunta que la medida es inconstitucional, ya que supone una "discriminación" de los ciudadanos que residen en zonas rurales frente a los de áreas urbanas. El sindicato cree que el objetivo es convertir Correos en una "perita en dulce" para su privatización.