"El Supremo se ha movido por presiones de la ultraderecha"

Juan María Atutxa (Areatza, Vizcaya, 1941), condenado el pasado lunes por el Tribunal Supremo por negarse a disolver el grupo de Batasuna en el Parlamento vasco, defiende que no hizo nada equivocado o merecedor de reconsideración

Pregunta. ¿Qué sentimiento íntimo predomina en usted?

Respuesta. Una gran desazón. No estoy orgulloso por haberme sentado en un banquillo, pero me miro hacia dentro y no tengo ningún problema. Sé que he sido objeto de una injusticia. También tengo preocupación por el peligroso camino que se abre, en casos pendientes como el del lehendakari, o para el propio Parlamento si se reproduce la situación.

P. Claramente, piensa usted que hay motivaciones no jurídicas en su condena.

R. Sin duda. Y presiones.

P. ¿De quién? ¿Se siente objeto de una persecución personal?

R. No, perseguido personalmente sólo me siento por los de siempre, por ETA. Han ido a por la institución, como en la causa contra el lehendakari. Un Tribunal Supremo movido por intereses y presiones de la más rancia ultraderecha, y del PP en su conjunto, ha querido arrollar a una institución a la que considera de quinta categoría.

P. ¿Por qué tendría el Supremo un especial encono contra las instituciones vascas?

R. Se nos ha querido trasladar el mensaje de se va usted a enterar de quién manda aquí.

P. ¿Ha podido cundir la impresión de que los nacionalistas colocan a esas instituciones en una especie de rebeldía?

R. No es cierto. Lo que pasa es que algunos todavía no se han creído el pacto de la Transición y sus reglas de juego, ni la modificación del estatus político-administrativo acordado entonces, incluido el nacimiento de nuestras instituciones autonómicas. Tratan de minarlas.

P. ¿Es acertado recurrir a la movilización en la calle?

R. Acertado y necesario. No es un capricho, ni un pulso a nadie, sino la reacción a un atropello y una forma de denunciarlo. Un ejercicio civilizado y sereno.

P. Urkullu ha dicho que el PNV cree en el sistema y que las sentencias se acatan, aunque se critiquen. ¿Está de acuerdo?

R. ¡Cómo no voy a creer en el sistema! ¡Y en la Justicia, también! Pero no en algunos actores del sistema ni en determinada Justicia. No tengo ninguna duda de que entre los jueces que me han condenado hay algunos movidos por intereses políticos, por presión del PP y por temor por su carrera profesional si obraban de otro modo.

P. ¿La alusión de Urkullu a la vía del Grupo Mixto para el PCTV puede apuntar a que se pueda optar por ella ahora?

R. No tengo ni idea, no entro a interpretar lo que ha dicho.

P. ¿Qué se debe hacer si ahora llega un emplazamiento para disolver el grupo de ANV?

R. No tengo ni la menor idea. Yo ya no soy presidente del Parlamento. Yo respondo de mis hechos desde el 26 de agosto de 2002 y lo haré siempre y con la conciencia bien tranquila. Ahora, corresponden a otros las decisiones más convenientes, o las posibles.

P. ¿Qué aconseja a la actual presidenta de la Cámara?

R. Yo no me atrevo ya, a mis años, a aconsejar nada.

P. ¿No quiere condicionarla?

R. No.

P. ¿Se sentiría desairado si obrara en un sentido distinto?

R. Yo he tenido siempre el respaldo de mi partido. Seguiré con atención lo que se haga, pero también con el más absoluto de los respetos y no tengo nada que opinar al respecto.

P. La pregunta era si se sentiría desairado.

R. Absolutamente no. Son épocas distintas, situaciones y composiciones distintas. Lo que digo es que, si volviera otra vez a mayo de 2003, haría lo mismo.