Una leyenda republicana
Una exposición devuelve a Valencia a Juan Negrín
Juan Negrín, jefe de Gobierno de la II República española entre 1937 y -ya en el exilio- 1945, fue objeto de un "ninguneo retrospectivo". Sufrió la doble derrota de la victoria del general Franco en la Guerra Civil y del agónico golpe de estado del coronel Casado pocas semanas antes del final del conflicto. Ya en Francia, mantuvo diferencias con sectores del exilio republicano, incluidos algunos de su partido, el PSOE, que le acusaron de haberse alineado junto al PC y la Unión Soviética. Y el régimen franquista construyó la teoría de que Negrín se benefició personalmente de las reservas españolas de oro que financiaron la resistencia de la República.
Todo eso forma parte de la leyenda negra. Unas acusaciones que, al menos en lo que respecta al oro, desmonta documentalmente la exposición de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales abierta ayer en La Nau de la Universitat de València. Que rescata la extraordinaria trayectoria de un hombre "que creyó en una España europeizada, moderna y democrática", señaló el profesor y comisario Ricardo Miralles. Que estaba convencido de que para serlo había que ganar la guerra. Y de que eso era posible resistiendo hasta que la lucha estallara en toda Europa.
Azaña le nombró jefe de Gobierno en la actual sede de las Cortes
Un hombre nacido en el seno de una acomodada familia canaria que hubiera tenido una "plácida vida dedicada a la ciencia" si su vocación política y las condiciones de la época no lo hubieran evitado.
La exposición, que cuenta con más de 3.000 objetos entre documentos, fotografías, material científico, carteles, fondos audiovisuales y maquetas, de los que sólo se exhiben una parte, hace en La Nau su última escala después de más de un año de gira por España. Presta especial atención a los detalles valencianos de su vida: fue en el Palau de Benicarló, la actual sede de las Cortes, en 1937, cuando Valencia era la capital de la República, donde el presidente Azaña le nombró jefe de Gobierno.
El objetivo último lo explicó ayer su nieta, Carmen Negrín: "Espero que sirva para que la famosa leyenda negra se quede sólo en leyenda".
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