"Nunca se sabe dónde está una buena historia"

La mujer que aparece en la habitación del hotel se parece bien poco a la que asoma en la gran pantalla y cuyo rostro con los labios impregnados de carmín figura en los carteles de Savage Grace. Le gusta cruzar la raya entre ficción y realidad y meterse en el mundo del drama para después volver, como si el cine no fuera con ella, a su apacible vida en Nueva York con sus niños y su esposo. Julianne Moore (Fayetteville, 1961) resulta de una exquisita elegancia, enfundada en un vestido negro que resalta aún más su pálida piel blanca inundada de pecas.

Está en España para promocionar Savage Grace, de Tom Kalin, donde interpreta a la narcisista Barbara Daly a quien la vida la llenó de riqueza y le trajo también la tragedia. El filme, que se estrena hoy, narra la historia de la familia Baekeland, marcada por el incesto, los desengaños y las muertes violentas. Daly asciende socialmente al casarse con Brooke Baekeland, heredero de los fundadores del imperio de plásticos de baquelita, y juntos comparten una dramática existencia.

En el cine que se hace ahora se producen películas bastante malas"

"De 'Savage Grace' me atrapó la complejidad del personaje"

A la protagonista de Lejos del cielo y Las horas le gusta leer todos los guiones que le llegan porque "nunca se sabe dónde está una buena historia". Cuando cayó en sus manos el texto de Savage Grace supo que tenía que hacer esa película. "Me interesan las historias reales, las cosas que les suceden a las personas porque, por lo general, van mucho más allá de lo que uno puede imaginar. Me gusta el drama, no puedo negarlo", confiesa la actriz. ¿Qué le interesó del personaje de Barbara Daly? "Su compleja personalidad. Ella procedía de una familia humilde y pasa a la opulencia casi sin darse cuenta. Cuando tuve claro que quería hacer el papel, me documenté mucho sobre ella. En las entrevistas que leí todos coincidieron en las cualidades que tenía esta mujer especial, bellísima, con un encanto fuera de lo normal, de un gran carisma y al mismo tiempo necesitada de cariño que le llevaba a hacer cosas horrorosas. La dualidad fue lo que me atrapó por la dificultad de interpretar a alguien así".

La película muestra a un grupo de personas que vive en un mundo excesivo, rodeados de cosas materiales, pero incapaces de mantener una relación estable. Su existencia, a pesar de la riqueza, resultó ser bastante similar a las tragedias griegas. "Ellos llegan a tenerlo todo y no tienen nada por su incapacidad para amarse".

Moore no puede dejar de mover sus manos, en las que lleva un reloj de oro rojo y tres sortijas de brillantes, mientras habla. Cuando no encuentra las palabras adecuadas para responder a una pregunta se toca constantemente su rojiza cabellera en un intento de que las ideas afloren con más rapidez. La actriz habla de su pasión por la lectura, de que no puede dejar nada a medias cuando se embarca en una aventura personal o profesional, de su intento por perfeccionarse en cada una de sus películas y de su carrera cinematográfica. "La carencia de buenos papeles en el cine es cada vez mayor, no sólo para mujeres de mi edad sino para todos. Esto es un negocio como otros muchos y a los que producen películas les interesa sacar el mayor beneficio posible con el mínimo coste. Lo que importa por encima de todo es el dinero, luego si lo que se hace es bueno pues mucho mejor, pero no suele ser habitual. Se ruedan películas bastante malas".

La actriz, que resalta su vena dramática, asegura que su aspiración en su profesión es "evolucionar hasta que mi interpretación se asemeje lo más posible a la realidad. La raya que separa una cosa de la otra es muy fina y lograr situarse en ese punto de equilibrio es muy difícil", declara mientras exhibe una amplia sonrisa.

Esta película, cuyo director, Tom Kalin, ha tardado 12 años en terminarla, no llegará a los cines estadounidenses hasta el próximo 30 de mayo, aunque acaba de exhibirse en el Festival de Sundance.