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Signos

Un libro recuerda al Abate Marchena

El recuerdo del Abate Marchena todavía vuela por los aires en las horas nocturnas. Pocas veces un escritor español ha provocado tanto odio y rechazo entre los sectores más conservadores. Chateaubriand lo tildó de "sabio inmundo lleno de talento". Menéndez Pelayo dejó del escritor un retrato que hoy en día conserva su viveza: "Era pequeñísimo de estatura, muy moreno y aun casi bronceado de tez y horriblemente feo, en términos que más que persona humana parecía un sátiro de las selvas (...) Durante una temporada llevó en su compañía un jabalí que había domesticado y que hacía dormir a los pies de su cama".

¿Pero quién era el merecedor de las invectivas de dos autores de la talla de Chateaubriand y Menéndez Pelayo? El escritor y político José Marchena (Utrera, Sevilla, 1768-Madrid, 1821), conocido de forma irónica como Abate Marchena, fue un representante del liberalismo afrancesado. Su vida estuvo repleta de aventuras. Su tragedia Polixena (1808) ha sido reeditada en Sevilla por La Máquina China. El libro cuenta con un estudio introductorio de Manuel García.

Tras estudiar leyes en Salamanca, Marchena se fue en 1792 a Francia, donde vivió los torbellinos de la revolución. En París sufrió persecución con el resto de los girondinos, se salvó de la guillotina por los pelos, apoyó el golpe de Napoleón, regresó a España junto a las tropas francesas, fue prendido por la Inquisición... Vivió a la máxima velocidad en un tiempo acelerado.

Polixena recrea el mundo clásico. Sus protagonistas son nobles y héroes. La propia Polixena y Hécuba pertenecen a la familia real troyana. Pirro, hijo de Aquiles, y Ulises, el símbolo más genuino de la astucia, también dejan su impronta en la obra. Y al fondo late, inagotable, la energía del Abate Marchena.

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