Una ficción superada por la realidad

Al actor sevillano José Luis García Pérez le gusta seguir la información diaria y tras una larga sesión de rodaje suele consultar las últimas noticias en Internet. Así se enteró de la muerte el martes de dos inmigrantes en aguas de Conil.

A escasos kilómetros, en Algeciras, rueda Retorno a Hansala, basada en una tragedia real, el naufragio de una patera en Rota en 2003 en el que fallecieron 37 inmigrantes. En seguida le envió un mensaje al móvil de la directora Chus Gutiérrez. "¿Te has enterado de lo que ha pasado?". La realidad volvía a superar la ficción. "Esto reafirma la necesidad de hacer esta película", aseguró ayer convencido el actor en un descanso del rodaje.

Un escenario es una funeraria donde aún hay cuerpos de un hundimiento

Retorno a Hansala sitúa a José Luis García Pérez como uno de los protagonistas de este argumento sobre amor y amistad interculturales. Interpreta a Martín, un empresario funerario que se tiene que hacer cargo de los cuerpos de varios inmigrantes a los que las olas han arrastrado hasta la playa. Su inicial interés es encontrar a los familiares porque son ellos los que tienen que hacerse cargo del coste de la repatriación. "Es algo chocante reclamar dinero a alguien que ha perdido a sus seres queridos. Pero él vive de ese negocio", justifica el actor. Así que se marcha a Marruecos para buscar a esos parientes, acompañado de Leila, la debutante Farah Hamed, una joven marroquí hermana de uno de los fallecidos.

La directora Chus Gutiérrez contactó con la asociación Solidaridad Directa para preparar la película. Sus máximos impulsores, Rafael Quirós y Violeta Cuesta, han viajado muchas veces a Hansala, la aldea de la que procedían 12 de los 37 inmigrantes fallecidos realmente en Rota. Esa labor y la narración de los propios familiares han inspirado el guión. "Intentamos darles cara a todos esos muertos que inundan nuestras casas a través de los informativos", mantiene Gutiérrez.

La película se ha iniciado en Algeciras. Concretamente en la playa de Getares, cuya arena simuló el martes ser el lugar donde arribaron los cadáveres. Ayer una urbanización en la misma zona se convertía en la casa de Martín, un hogar familiar en plena ebullición. El viaje a Marruecos será un recorrido físico pero también íntimo, con el que romperán muchas fronteras.

Después del campo de Gibraltar el equipo se trasladará a Marruecos, donde hay escenarios previstos en Tánger y la aldea de Hansala. La película se rodará en tres idiomas: español, árabe y bereber. Antes de cambiar de país habrá escenas en la localidad gaditana de Los Barrios, en el tanatorio que rige el personaje de García Pérez.

La realidad vuelve a imponerse. Se rodará en un tanatorio real cuyo gerente también se llama Martín. Unas instalaciones funerarias que acogen todavía los ocho cuerpos que dejó el naufragio de una patera en Barbate a principios de año y que serán el destino de los dos últimos muertos si nadie les pone antes nombre y apellidos.

Muerte en el Estrecho