Tiempo han tenido
¡Qué gustazo! Hoy en día hay pocas noticias políticas sobre las que quepa decir algo así (me estoy refiriendo al gustazo del ciudadano de a pie, no a los de Esperanza Aguirre).
Hace unos días, sesentaitantos estudiantes y profesores de Física de la Universidad romana La Sapienza escribieron una carta eminentemente razonable a su rector. Con ello lograron que el Vaticano suspendiera la anunciada visita del Papa para inaugurar el año académico.
No es necesario recordar que Galileo tuvo un problema con el Santo Oficio, sobre un asunto puramente científico de competencia del eminente físico, evidentemente no de la Inquisición, otro nombre de la misma sacra institución. La Tierra gira alrededor del Sol, sostenía Galileo. Los físicos romanos le recuerdan al Papa que, cuando era sólo cardenal (y creo que gran inquisidor), se sumó a la opinión según la cual: "En la época de Galileo la Iglesia permaneció mucho más fiel a la razón que el propio Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo". Que un tal disparate pueda aún decirse cuatro siglos más tarde sería sólo irrisorio si no fuese también tragicómico. Trágico incluso, cuando otros togados de menos calibre se suman en España a la mega-imagen del mismo Papa entrometiéndose en asuntos políticos, en lugar de dar al César lo que es del César (lo que es de Dios, ya lo sabrán ellos, yo soy sólo físico).
A destra e sinistra se han oído críticas en Italia a la actitud poco dialogante de los físicos de La Sapienza. Estas defensas de la libertad de opinión serían mucho más respetables si se hubieran dirigido también en el pasado al Vaticano, tiempo han tenido. Como serían más respetables las opiniones de nuestros prelados si predicaran con el ejemplo, tiempo han tenido.
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