Un museo que quema a todos
Gobierno vasco y central buscarán una salida para la Fundación Balenciaga
El nombre de Cristóbal Balenciaga (1895-1972) figura unido desde hace décadas a la alta costura. Ahora también se vincula a la polémica que rodea el proyecto del museo que se quiere abrir en su Getaria natal para difundir su legado. El último capítulo negro está relacionado con la Fundación Balenciaga, encargada de concretar los contenidos de ese museo y cuya continuidad, al menos con su actual estructura, sigue en el aire por falta de fondos económicos. El Gobierno vasco y la Diputación de Guipúzcoa, que no forman parte de la fundación, están dispuestos a trabajar con el Ministerio de Cultura, que sí figura en el patronato de la entidad, para intentar dar una salida a esta situación. La fórmula se halla aún por concretar.
"Tenemos un ámbito de relación bueno y seguiremos trabajando", insistían ayer fuentes del Ejecutivo vasco tras la reunión de la fundación celebrada el martes en Madrid. El Gobierno vasco y la Diputación, que acudieron como invitados a esa cita, tienen claro, eso sí, que no se sumarán a la actual fundación. La entidad está presidida por el modisto Hubert de Givenchy. El Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Getaria son los únicos patronos institucionales, a los que se suman otros conocidos modistos y personas vinculadas a la cultura.
¿Qué futuro le depara entonces a la presente fundación? ¿Se reconvertirá o desaparecerá? "Las decisiones le corresponden a la fundación", subrayan fuentes del Gobierno vasco. El Ejecutivo central, de cuya dotación económica depende fundamentalmente la entidad, no quiso pronunciarse.
El Ministerio de Cultura anunció el pasado mes de diciembre que no iba a pagar la subvención de 1,4 millones de euros que tenía prevista para 2007 por existir "suficientes indicios de irregularidades en la gestión de la fundación".
Un juzgado donostiarra está investigando al ex alcalde de Getaria Mariano Camio, ex vicepresidente de la fundación y ex gerente de la sociedad pública Berroeta Aldamar (integrada por el Gobierno vasco, la Diputación y el Ayuntamiento y encargada de la construcción del edificio que albergará el museo de Balenciaga) por supuestos delitos de administración desleal, falsificación documental y apropiación indebida de fondos. La denuncia la presentaron las propias Berroeta Aldamar y la fundación.
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