Servicio a la nación

El Comité Olímpico Español ha decidido suspender la gala en la que Plácido Domingo presentaría las estrofas seleccionadas como letra del himno nacional. Según ha declarado el presidente del olimpismo español, Alejando Blanco, el motivo de la decisión es que la iniciativa tenía como propósito unir, no separar. Si bien se mira, esta razón no aconsejaba desistir del resultado, sino perseverar en él. Pocas veces un símbolo patriótico ha cosechado en España tanto acuerdo: a la vista de las estrofas seleccionadas por el COE, mejor el himno como está. Gentes que hasta ayer mismo lo consideraban como una música que no iba con ellos, lo escuchan hoy con el alivio de saber que un viejo conocido ha salido indemne de una agresión.

Visto este efecto imprevisto de la iniciativa del COE, tal vez haya llegado el momento de probar suerte con la bandera. El COE tendría que abrir un concurso para que los ciudadanos sugiriesen mejoras a la enseña nacional. El jurado debería ser similar al que seleccionó la letra del himno, puesto que se trata de un asunto de parecida trascendencia. Sólo que, en este caso, habría que convocar a un diseñador de moda, no a un músico. Para presentar la bandera premiada siempre se podría recurrir a algún modisto de prestigio e, incluso, aprovechar la próxima edición de la Pasarela Cibeles. Si ocurre lo mismo que ha pasado con el himno, la bandera recibiría una catarata de adhesiones, siempre y cuando permaneciese en su estado actual.

Alejandro Blanco ha declarado que su decisión no debe ser interpretada como un paso atrás, y que el COE se tomará un tiempo de reflexión, aunque "con la cabeza muy alta". Tiene razón Alejandro Blanco para sentirse orgulloso. La iniciativa de poner letra al himno ha sido un auténtico servicio a la nación y a sus símbolos, por el que debería ser condecorado. Si el problema para llevar a cabo este acto de justicia es decidir qué condecoración le corresponde como inspirador del proyecto patriótico, se podría recurrir al procedimiento que él mismo ha consagrado. Se abre un concurso, se nombra un jurado y, luego, se convoca y se desconvoca una gala para presentar las condecoraciones premiadas.