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Reportaje:

Irreverencia de ida y vuelta

'Zanahorias', la obra que triunfó en Broadway tras salir de una sala independiente de Madrid, regresa al Centro Cultural de la Villa

"¡Palpadme un seno!", gritó la Condesa de ¡Eh! al Marqués de ¡Ufff! "¡Eso es trigonométricamente imposible, señora!", respondió él. "Sobadme una teta", insistió la dama, y así el público de Broadway se rindió a sus pies.

Zanahorias, el título que Antonio Zancada llevó desde la sala Triángulo de Madrid al corazón de Nueva York, regresa hoy al teatro Fernán-Gómez (Centro Cultural de la Villa) hasta el 27 de enero como irreverente obra consagrada por los aplausos, las risas y los premios teatrales. Es como si volviera a casa por la puerta grande, tras haber llorado de alegría al ver que los estadounidenses, y después Latinoamérica, desencajaban la boca con las obscenidades que decían.

La historia es un duelo por el 'título' de Dama Más Depravada del Reino

"La obra ha crecido desde aquel estreno en 2001 en la sala Triángulo, donde nuestra compañía Equilicuá representó esta pieza hasta 2003 y la gente se quedaba en la calle porque no había sitio", recuerda el autor y actor Antonio Zancada, caracterizado con su traje rococó como ¡Oh! I Rey de Puritania, un país ficticio ambientado en el siglo XVIII donde las perversiones y decadencia son una forma de vida, a modo de Las amistades peligrosas vistas por los Monty Python...

"Cuando Francisco Reyes, otro miembro de la compañía, fue a Nueva York a estudiar teatro y consiguió que apostaran por esta obra, no podía creerlo. 'Teníamos que decidir: ¿lo representamos en el circuito Off-Broadway o nos atrevemos a ir al centro de la ciudad?", dice Zancada. Fue en el teatro The Duke, en la 42 con la Novena, donde el estreno en 2007 sorprendió a crítica y público con una versión más naïf que ésta, cargada de humor negro y sarcasmo.

La historia trata del duelo entre condesas y marquesas que compiten por el título de Dama Más Depravada del Reino, y para ello manipulan o son manipuladas por el marqués y el rey en una espiral de perversiones, traiciones y venganzas eróticas. ¿Y qué tienen que ver las zanahorias en esto? Director (José Bornás) y elenco evitan desvelar secretos de la función. Pero advierten de que son peligrosas y de que habría huir de semejante hortaliza.

Los actores Carles Moreu, Natalia Hernández, Eva Higueras, Carmen Ruiz y el propio Zancada creen que la clave del montaje es la mezcla de estilos y anacronismos salvajes. Así, por ejemplo, el supuesto mobiliario del siglo XVIII está construido con tuberías oxidadas y la música combina a Bach con piezas discotequeras. "Los personajes están instalados en la frivolidad y la ignorancia. Por ejemplo, mi mujer se inventa palabras por lo inculta que es, mientras finge saber de todo", señala Carles Moreu, empolvado hasta las cejas y con una imposible combinación de chaqueta y pantalón rosas con camisa de chorreras. Y, aunque la crítica a las apariencias se ambienta en el XVIII, "a mí me recuerda a lo que hace la baronesa Thyssen con su nuera, que no quería que se casase con su hijo, cuando ella había hecho lo mismo", dice Natalia Hernández. El tablero de ajedrez que forma el suelo, recuerda que todo es un juego y que las perversiones pueden ser una forma de vida... si son fuente de placer.

Hasta el 27 de enero. De miércoles a sábados: 20.00. Domingos: 19.00. De 10 a 12 euros. Información en www.equilicua.org

Carlos Moreu y Natalia Hernández, en una escena de <i>Zanahorias.</i>
Carlos Moreu y Natalia Hernández, en una escena de Zanahorias.EFE

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