Un nuevo atentado suicida deja 22 muertos y 60 heridos en Pakistán
El ataque se produjo ante la sede del Tribunal Supremo en Lahore
Un nuevo atentado suicida causó ayer 22 muertos y 60 heridos, la mayor parte policías, en Lahore, ciudad de siete millones de habitantes y capital cultural de Pakistán. El ataque tuvo como objetivo un grupo de unos 60 policías congregados ante la sede del Tribunal Supremo para vigilar una protesta de abogados y magistrados contra el Gobierno del general Pervez Musharraf.
Se trata del ataque más sangriento, y en plena campaña para las elecciones del 18 de febrero, desde el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto el pasado 27 de diciembre en Rawalpindi. En ese atentado murieron también otras 20 personas.
El suicida de ayer, que conducía una motocicleta, hizo estallar la carga explosiva que portaba a las 11.43 hora local (7.43 en la España peninsular), cuando los agentes intentaron detenerlo, minutos antes de que se celebrara una de las frecuentes manifestaciones de abogados contrarios a Musharraf. "La explosión fue muy potente", dijo un testigo. La cabeza del suicida fue hallada casi intacta a 100 metros de distancia, según la policía.
Fuentes hospitalarias indicaron que tres personas que iban en dos coches, un motociclista, dos triciclos motorizados y un carro saltaron por los aires. La policía de Lahore aseguró que el ataque iba dirigido "contra las fuerzas de seguridad".
El atentado se ha producido un día antes del inicio del mes sagrado musulmán del Muharram, durante el cual el Gobierno ha decidido declarar "sensibles" o en riesgo de violencia 36 ciudades de las cuatro provincias del país y redoblar la vigilancia. Tras el asesinato de Bhutto, la Comisión Electoral decidió posponer las elecciones hasta después del Muharram y las fijó para el día 18 de febrero.
El de ayer en Lahore, donde no suelen producirse atentados suicidas, es el primero perpetrado en 2008, pero se enmarca en una oleada sin precedentes de ataques suicidas atribuidos a los islamistas próximos a la organización terrorista Al Qaeda que comenzaron en 2007, año en el que, según el Ministerio del Interior paquistaní, el país sufrió más de 50 ataques suicidas que causaron unos 3.000 muertos.
Los militantes islamistas de las zonas tribales del noroeste del país, fronterizas con Afganistán, juraron atacar a las fuerzas de seguridad después del sangriento asalto el pasado mes de julio a la Mezquita Roja de Islamabad, en el que murieron un centenar de islamistas.
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