Valencia es la última gran ciudad en abrir un ecoparque de residuos

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, pidió ayer a los medios de comunicación que "trasladen" al ciudadano qué es una instalación de "punto limpio" para divulgar su uso. Muchos valencianos lo sabrán de sobra, y una parte de esforzados vecinos conocerá alguno en el área metropolitana de Valencia tras haber llevado a estos ecoparques viejos muebles, aceite usado, pilas, papel, vidrio o escombros. En la ciudad de Valencia no era posible deshacerse de estos enseres o basuras domésticas en un punto limpio hasta ayer, cuando Barberá inauguró el primero con más de una década de retraso. Los ecoparques llevan años funcionando en Madrid, Barcelona o Sevilla.

Valencia es la última gran urbe en ofrecer este servicio, que permite al ciudadano aportar su grano de arena a la recogida selectiva de basura y al reciclaje más allá de los contenedores de cristal o papel instalados en las calles. Aunque el Ayuntamiento de Valencia dispone de un servicio de recogida de enseres -un máximo de cinco objetos cada vez previa cita-, es frecuente ver colchones, muebles o algún electrodoméstico junto a los contenedores de basura, así como vertederos ilegales en solares sin vallar o al borde de las vías de circunvalación. Son basuras que no caben en el contenedor y cuyo destino para una buena eliminación es el ecoparque.

Barberá reconoció que "lamentablemente" se habían producido retrasos en la apertura de la instalación del polígono de Vara de Quart, lo que no fue óbice para que se celebrara una inauguración con recorrido, explicación en una carpa y tentempié. Concejales, responsables de la contrata de basura de Agricultores de la Vega (SAV), de la entidad metropolitana de residuos (Emtre) -a través de la que se gestionará la planta-, la federación de vecinos y periodistas estrenaron un ecoparque recién terminado -los invitados dejaron pisadas blancas en su paseo de la pintura fresca de la señalización viaria, y vieron contenedores relucientes para todo tipo de residuos, salvo los orgánicos. "No habrá malos olores ni animalillos", destacó la alcaldesa.

El Ayuntamiento, del PP, planteó abrir el ecoparque hace más de una década. De hecho, como recordó ayer la concejal socialista Carmina del Río, Valencia previó varios en su plan general y pidió una subvención a la Unión Europea para un punto limpio en 1997. La tuvo que devolver al no ejecutar el proyecto. Ya en 2002, la Generalitat aprobó el plan zonal que determina el número de vertederos y plantas de tratamiento que necesitan Valencia y su área metropolitana, con la idea de que la ciudad abriera tres ecoparques hasta 2005. El primero funciona sólo desde ayer y podrá acoger no menos de 110.000 toneladas anuales de desechos. Numerosos ayuntamientos del área metropolitana gestionan ecoparques y cumplen así con las previsiones del plan de residuos.

Barberá subrayó el "compromiso con el medio ambiente" de su equipo de gobierno, y prometió otro punto limpio para la zona norte, en Poble Nou. La Concejalía de Medio Ambiente prevé que para final del mandato estarán en marcha otros dos más. El del polígono de Vara de Quart, sobre una parcela municipal de 5.000 metros cuadrados, lo ha pagado SAV -una inversión de millón y medio de euros-, ya que al presentarse al concurso de la contrata de basura en 2005 ofreció construirlo. SAV se queda con un aparcamiento debajo para sus barredoras, que no estaba previsto en la contrata, según apuntó Del Río.

Vecinos y oposición se congratularon de la apertura del recinto, pero criticaron el retraso. La concejal socialista lamentó que en una ciudad "donde se puede construir un circuito de fórmula 1 en unos cuantos meses, se pueda tardar 10 o 12 años en hacer un ecoparque".