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Reportaje:

La última promesa del alcalde más viejo

El regidor de un pueblo abulense muere en un acto oficial a los 92 años

Decía sentirse mayor, pero no viejo. Se autodefinió como "alcalde de las 24 horas", de esos "que viven día y noche dedicados a su pueblo". Y además estaba orgulloso de ser el regidor más longevo de España, "de la democracia", apostillaba siempre. La muerte se lo llevó ayer cuando hacía realidad su última promesa y uno de los proyectos más codiciados en sus 28 años como alcalde socialista de la pequeña localidad abulense de Sinlabajos: una residencia de ancianos. Gregorio García Antonio, conocido por sus 215 vecinos como Goyo, falleció a los 92 años, justo después de arrojar varias paladas de tierra sobre la primera piedra de su sueño.

La comitiva oficial, encabezada por la secretaria de Estado de Asuntos Sociales, Amparo Valcarce, enfilaba hacia la zona de los discursos. Fue entonces cuando Gregorio se desplomó. Primero pensaron que había trastabillado; se había venido al suelo. Cayó fulminado por una parada cardiorrespiratoria. Nada pudieron hacer la jefa del Servicio de Familia de la Junta de Castilla y León en Ávila, María Ángeles Ortega, y la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de la capital abulense, Mercedes Martín, ambas sanitarias, quienes le practicaron -ante el nerviosismo e inquietud de vecinos y familiares- masajes cardiacos y respiración boca a boca. No consiguieron reanimarle. Más tarde, los servicios de emergencia sólo pudieron certificar su fallecimiento.

En su entorno aseguran que estaba muy nervioso. La creación de una residencia fue una petición que el alcalde socialista realizó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero cuando le visitó el pasado julio. Le escribió una carta y 20 días después ya estaba sentado en La Moncloa compartiendo vino y jamón con el presidente. Una hora de animada charla dio para mucho. Y de ella nacieron dos deseos que ya no se podrán cumplir: participar en un mitin con el líder socialista y ver cómo éste mantiene sus muebles en el palacio presidencial tras las elecciones de mayo. "Vamos a ganar las elecciones, yo ya lo predije [una vez] en 2003", le vaticinó. La fina ironía y el sentido del humor de Gregorio le llevaron a bromear con la plaga de roedores que asolaba entonces los campos de la región: "Se me ha olvidado traerte unos topillos", le espetó a Zapatero.

"Era un luchador nato por los derechos sociales y siempre vivirá; la gente del pueblo está consternada", señala desconsolada la que con 24 años fue la alcaldesa más joven de España en 1987, Lourdes Rodríguez, que se define como su nieta en política. "Me dijo que no faltara hoy [por ayer]; estaba muy contento".

Aunque expresó que quería descansar, en 2007 volvió a presentarse y ganó. Era presidente de honor del PSOE de Ávila y había sido designado número tres de la lista socialista al Congreso. Su trayectoria se inició en 1929, cuando se afilió a UGT. Tras haber comenzado a trabajar segando y machacando piedra para las carreteras, se dedicó a la herrería y fue barrenero. Sus ideas le llevaron a prisión, donde pasó 20 meses entre 1946 y 1947. Tras la llegada de la democracia, también fue procurador en las Cortes de Castilla y León entre 1983 y 1987, y diputado provincial entre 1991 y 1995. El rey le otorgó en 1986 la Encomienda de la orden del Mérito Agrícola. Como estaba previsto, la residencia de ancianos llevará su nombre. El senador del PSOE por Ávila, José María Burgos, lamentó la pérdida, pero expresó que Goyo había muerto "en acto de servicio".

Sinlabajos despedirá mañana a las cuatro y cuarto de la tarde al único alcalde que ha conocido en democracia.

Gregorio García, ayer, minutos antes de fallecer.
Gregorio García, ayer, minutos antes de fallecer.EFE

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