El Valencia imita al Roma
El equipo de Koeman, sin delanteros, baila a un entregado Betis con dos goles de Joaquín
Misterioso e inescrutable, el fútbol obliga a revisar los juicios cada tres días. Espeso e impotente el domingo ante el Levante, el Valencia jugó ayer fluido y elegante ante el Betis en una primera parte excelente. Al primer toque. ¡Y qué toque! Preciso y profundo, tocando para distraer y llegar. Con mucha gente incorporándose desde la segunda línea. Al estilo del Roma, que cierto día hubo de improvisar un ataque sin delanteros de los que carecía, y sonaron los violines: con cinco centrocampistas más Totti, que también lo es, pero liberado en el ataque, facilitando las incursiones de sus compañeros. Justo lo que le tocó ayer a Joaquín, autor de dos goles de cabeza y receptor de los maravillosos centros de Mata, Silva y Vicente, los tres partiendo desde la media punta. Los tres desbordando y aprovechando el buen criterio en la distribución del mejor Baraja.
BETIS 1 - VALENCIA 2
Betis: Casto; Rodri (Damià, m. 46), Lima, Zamora, Toni (Juande, m. 46); Xisco, Somoza, Ilic, Caffa; Fernando (Sobis, m. 61); y Pavone. No utilizados: Ricardo; Isidoro, Melli.
Valencia: Hildebrand; Arizmendi, Albiol, Helguera, Moretti; Mata (Montoro, m. 70), Marchena, Baraja, Vicente (Sunny, m. 54); Silva y Joaquín (Edu, m. 84). No utilizados: Mora; Lombán.
Goles: 0-1. M. 3. Joaquín, de cabeza. 0-2. M. 11. Joaquín, de cabeza. 1-2. M. 47. Pavone, de cabeza.
Árbitro: Pérez Lasa. Expulsó a Arizmendi (m. 52) y a Somoza (m. 67) por doble amarilla. Amonestó a Lima, Somoza, Zamora, Sunny y Sobis.
Ruiz de Lopera: unos 15.000 espectadores.
A su llegada a Mestalla, Koeman se quejó de que tenía demasiados zurdos. Ayer, sin embargo, los tres lo bordaron. Previsible en el caso de Silva -delicioso su centro con el exterior del pie izquierdo en el primer gol valencianista-, más novedosos en los otros dos. Vicente avanza. Poco a poco. La forma perdida en tres años no se recupera en un día. Y Mata, escorado a la derecha, a pie cambiado, disfrutó por fin de una actuación brillante, a pesar de pifia en el despeje que facilitó el gol bético.
El Valencia había convertido la primera parte en un gran rondo desesperante para la hinchada verdiblanca, que afinó sus cánticos contra el dueño del club, Ruiz de Lopera. Con varios suplentes en la alineación, Chaparro había desdeñado la Copa. Claro que, llegado el descanso, la bronca de la grada le hizo rectificar. Introdujo dos novedades, Damià y Juande, y el Betis entró de pronto en el partido. Por eso y por la pésima vista del árbitro, Pérez Lasa, que vio una tarjeta amarilla en una entrada de Arizmendi que no era ni falta. Suponía la expulsión y un castigo excesivo para un equipo que se había comportado con limpieza.
Koeman montó en cólera con razón y decidió que, con uno menos y la segunda parte por delante, el objetivo era resistir. Así que retiró a Vicente y dio paso a Sunny. Chaparro buscó más munición con la entrada de Sobis, pero el partido volvió a su origen cuando Pérez Lasa expulsó también a Somoza.
Un gran Baraja recuperó el control, pero Gaffa desplumó a Marchena con un autopase largo y, solo ante Hildebrand, se topó ante una salida supersónica del meta alemán. Liberado de Cañizares, Hildebrand ha adquirido finalmente la serenidad que le hacía falta agregar a sus reflejos y velocidad de movimientos para parecer un portero de verdad.
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