_
_
_
_
_
Reportaje:

Un 'Fenicio' en el hospital marino

Un bebé macho de foca gris que apareció en Bares se recupera en Ferrol

Golpeados por el temporal y arrastrados por la corriente del Golfo, cada año llegan a las costas gallegas varias decenas de focas grises e incluso alguna tortuga caribeña que, despistada, ha cruzado el Atlántico sin querer. Heridos a menudo por las redes de los pescadores, desnutridos y casi siempre deshidratados, los animales quedan varados en las playas gallegas donde, con suerte, son avistados por algún vecino y rescatados por la CEMMA (Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos), que sufraga la Xunta a a través de la Consellería de Medio Ambiente, y trasladados a la Unidad de Cuidados Intensivos que la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) tiene en Ferrol.

Fondos naturales únicos nunca han sido expuestos por falta de espacio
El equipo sigue esperando el traslado prometido tras el cambio de gobierno

El último paciente en llegar a este hospital marino ha sido bautizado como Fenicio. Es una foca gris macho (Halichoerus gripus), de entre dos y seis meses, que apareció desorientada en el puerto de Bares, en el municipio coruñes de Mañón, el 3 de diciembre. Debe su nombre al legendario origen fenicio de la dársena de Bares -la más septentrional y antigua de Galicia-, con forma de media luna y cuajada de piedras sobre cuya construcción aún discuten los investigadores. "Estaba agotado, consumido y sufría graves problemas respiratorios" señalan desde la Cemma, "no se valía por sí mismo".

Sus 98 centímetros de longitud y poco más de 22 kilos de peso no le impidieron recorrer miles de kilómetros para cruzar el Golfo de Vizcaya en solitaria y compleja travesía. Este bebé foca, que procede de las colonias de cría del sur de Irlanda y Gran Bretaña, llegó "hecho polvo" según sus cuidadores. "Se alejan de la costa y las arrastran las corrientes" explican, "probablemente llevaba varios días sin comer y casi no podía respirar. Le dimos antibiótico, como a cualquiera mortal con una infección". En apenas cuatro días, varios kilos de sardinas y xardas (caballa) y algunas dosis de amoxicilina le dieron la vuelta a una situación crítica. "Evoluciona bien, ya se alimenta sola y saldrá adelante" asegura Da Silva.

Cuando recupere su peso (35 kilos) Fenicio viajará hasta el acuario de O Grove para readaptarse al medio acuático y, ya fortalecido, regresará en algún barco con destino a tierras escocesas. En los últimos siete años han pasado por las instalaciones de la SGHN en Ferrol entre 15 y 16 focas que recibieron los nombres de los lugares en los que fueron halladas: Muxía, Camariñas, Insua o Bares, esta última en honor a otra foca que llegó al mismo puerto coruñés varios años antes que Fenicio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Dos ejemplares no consiguieron sobrevivir, pero el resto navegaron de nuevo hacia su habitat. Idéntica suerte corrió Lume, una tortuga caribeña que apareció en el arenal ferrolano de Doniños y que este verano regresó a la corriente del Golfo después de casi un año de rehabilitación en la UCI marina ferrolana.

Con historias como éstas en su haber, Ignacio da Silva reconoce que ejercen como un auténtico dispensario marino aunque asegura que las instalaciones distan mucho de ser las adecuadas: "un bajo húmedo y desconchado" en pleno centro de la ciudad que alberga fondos naturales únicos en España y fósiles milenarios nunca expuestos "por falta de espacio" y amenazados por la humedad y los hongos. Una suerte de bañera con una manguera y varios tanques hacen las veces de hospital acuático para un trabajo que tiene más de voluntad que de medios.

"El trabajo es desinteresado" explican, "y la Xunta paga los gastos y facturas de los tratamientos y demás". La Cemma se organiza en torno a tres unidades: avistamiento, varamiento y tratamiento en la única unidad de asistencia a animales vivos de Galicia, radicada en Ferrol. "Los miembros de esta entidad ecologista, SGHN, que desde 1973 se dedica a estudiar y divulgar el medio natural esperan un traslado largamente prometido a la antigua Casa del Coronel, un edificio situado en el barrio de Canido y cedido por el Ayuntamiento ferrolano para la construcción del primer Museo da Natureza de Galicia.

"El local se nos cae a trozos" reconoce Da Silva, "tenemos aprobadas subvenciones que no podemos ejecutar hasta que no se realice el traslado. Mientras, con menos, hacemos más". El Gobierno de Ferrol se comprometió al inicio del mandato a reubicar a la SGHN en sus nuevas instalaciones pero seis meses después aún no ha puesto fecha.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_