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Educación propone el cierre del IES de Rojales tras los desplomes

Los 800 alumnos irían a clase provisionalmente en Guardamar

La protesta surgió efecto. Minutos después de manifestarse unos 400 profesores, alumnos y padres del Instituto de Educación Secundaria La Encantà de Rojales (Vega Baja), cuyo techo se ha desplomado en cuatro ocasiones en ocho años, la Consejería de Educación, a través del subdirector territorial, Antonio Escalpés, propuso la clausura provisional del IES, hasta que se inspeccionen sus instalaciones y se garantice la seguridad. Mientras tanto, los 800 alumnos acudirán cuatro autobuses al instituto de Guardamar en horario vespertino. "Es lo mejor, los chavales no pierden clases y están seguros", admitía Loli Penalva, miembro de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA). El traslado provisional se prolongará por un mínimo de quince días, tiempo en el que los servicios técnicos certificarán la seguridad. "Hemos exigido que técnicos de la consejería, del Ayuntamiento y de un laboratorio independiente supervisen todo", dijo la presidenta del AMPA, María José García. No obstante, la medida requiere confirmación oficial, que se producirá hoy, en función de la disponibilidad de espacios en el instituto de Guardamar del Segura. Pese a la euforia inicial, algunos padres y docentes mostraron su malestar por este cambio que provocará molestias a los alumnos que, por ejemplo, cursen otros estudios (en academias, conservatorios o practiquen deportes). El sindicato CC OO rechazó de plano el traslado que supone "alterar las condiciones laborales de los docentes". El director del IES, José Antoni Fábrega, fue más escueto y realista: "Estamos trabajando para encontrar la mejor solución, pero no hay nada decidido todavía".

Al grito de "consejero dimisión" o "la educación se derrumba en Rojales", más de 400 alumnos, profesores y padres se concentraron en señal de protesta en este centro que ha sufrido el cuarto desplome del techo desde su inauguración en 1999. La desconfianza reinaba entre los manifestantes. "No pasa nada, hasta que pasa algo", exclamaba una de ellas. Hace dos meses se produjo el penúltimo desplome de parte de la escayola, en aquella ocasión la consejería certificó por escrito la seguridad del centro. Sin embargo, el lunes se volvieron a desplomar 12 placas de escayola del pasillo de la segunda planta, cuando los alumnos estaban a punto del cambio de clase. Por fortuna, no hubo heridos, pero el nerviosismo se apoderó de los alumnos y docentes que vivían en sus carnes este cuarto nuevo desplome del techo de un centro escolar bastante nuevo, inaugurado en 1999.

Indignación por las chapuzas de bajo coste

"Es muy fuerte, ahorramos siempre en el mismo sitio", comentaba malhumorada María José García presidenta del AMPA. Los padres y docentes estaban indignados ayer al conocer, según publicó EL PAÍS, que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, cuando era consejero de Educación rebajó el presupuesto del centro en 727.000 euros. Camps contestó a preguntas del PSPV que la dotación presupuestaria prevista era de 3,9 millones de euros, pero redujo a 3,17 millones de euros su designación presupuestaria en las anualidades del 1998 y 1999. "Es pura demagogia, el alcalde admite la rebaja y dice que es cuestión de la constructora", se lamentaba Jesús Cañizares, profesor jubilado del centro y sindicalista de Fete-UGT. Loli Penalva, otra madre del AMPA, dijo que "eso se sabía, estaba claro que querían ahorrar, pero que lo digan y lo admitan y reconozcan es muy fuerte".

La diputada socialista, Ana Noguera, restó importancia a este "bajo coste" del 10% del presupuesto inicial previsto. "No me llama la atención, porque en concursos públicos es lógico que las empresas presenten ofertas menores". A juicio de Noguera, "el problema de origen" es cómo Eduardo Zaplana, cuando era presidente de la Generalitat, diseñó el Mapa Escolar. "Ya no eran los técnicos de la consejería los que supervisaban la construcción de los centros, sino empresas externas con falta de conocimiento y rigor que jamás habían construido un colegio".

La historia se repite, ya que el PSPV denunció en enero de 2006 ante el Síndic de Greuges deficiencias por goteras, muros desplomados o cristales rotos en siete institutos nuevos recién construidos en Almussafes, Castellón, Pedreguer, Castellar-Oliveral, Buñol, Valencia (Rodríguez Fornos) y Jérica-Viver.

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