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El Consell 'ahorró' 727.000 euros en el ruinoso instituto de Rojales

El techo del centro ha caído 4 veces desde su apertura en 1999

La Generalitat invirtió 727.00 euros menos de los exigibles en el Instituto de Educación Secundaria (IES) L'Encantà de Rojales (Alicante) que ayer se vino abajo por cuarta vez desde su inauguración en 1999. Una parte del techo de escayola de un pasillo se desplomó a las 8,45 de la mañana. Los tres anteriores desmoronamientos ocurrieron por las caídas de algunas bovedillas mal asentadas sobre las vigas.

En julio de hace nueve años los socialistas formularon dos preguntas consecutivas sobre el IES de Rojales. En la primera se interesaban por la inversión necesaria para construir el instituto y en la segunda por la consignación presupuestaria real. Francisco Camps, por aquel entonces consejero de Educación, contestó el 9 de julio de 1998 que la inversión global del centro prevista era de 3,9 millones. Un día después, reconocía que la consignación real era de 3,17. Una diferencia a la baja de 727.000 euros. Algo más de 120 millones de pesetas de la época, Jesús Cañizares, profesor jubilado del centro, asegura: "esa es la cantidad que nos escatimaron".

El ahorro se podía observar ayer en las doce placas de escayola, dos cristales y algunos hierros que se encontraban hechos añico en un pasillo de la segunda planta de este centro de 800 alumnos. No hubo heridos, por fortuna.

La suerte no evitó el susto entre el alumnado más cercano al lugar de los hechos. Hubo gritos, lágrimas y carreras escaleras abajo. Aunque no faltó quien se lo tomó con una cierta resignación. "No me ha extrañado, ya había pasado antes", explicaba Melani, estudiante de primero de bachillerato que vio caer el techo.

Pero los padres no se lo tomaron con tanta frialdad. "Se me ponen los pelos de punta de pensar lo que podría haber pasado", reconocía Loli Penalva, miembro de la AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos), que manifestó su preocupación por la nueva pérdida de clases de los alumnos.

Este nuevo accidente se debió a un defecto de obra. Los tres anteriores ocurrieron por caídas de algunas bovedillas mal asentadas sobre las vigas. La empresa constructora Necso optó por quitar las bovedillas que tenían para evitar más siniestros, pero ayer "falló el anclaje del falso techo", según José Antonio Fabrega, director del centro, quien reclamó una solución inmediata.

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La Consejería de Educación suspendió las clases hasta que se garantice la seguridad, y estudia "emprender acciones legales" contra la dirección facultativa de la obra o la empresa Necso-Acciona. El malestar cundió entre padres y profesores, que hoy se concentrarán. "Es la cuarta vez que ocurre. No queremos que se haga otro parche", reclamaba una de las docentes.

Las chapuzas de las subcontratas

Construir decenas de centros escolares a destajo tiene sus consecuencias. Los sindicatos coincidieron ayer en el mismo diagnóstico al achacar a las "prisas del sistema de contrata y subcontrata las chapuzas surgidas en este instituto de Rojales. Los padres suscribían esta tesis. Loli Penalva, miembro del AMPA del IES de Rojales, admitió que el centro "se construyó muy rápido" y cree que tal vez el material no fuera "el más adecuado". Para los sindicalistas no se trata de un caso aislado. "Cuando se adjudica una obra a un grupo de empresas y estas a su vez delegan en otras firmas se pierde el control", admitía Vicent Mauri, del Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament, quien recordaba que también se han detectado deficiencias en otros centros nuevos como el IES el Pla de Alicante. Manuel Picó, de CC OO, dijo: "Es un problema de las contratas y de los plazos, es necesario mayor control". Los sindicatos también alertaron que el frenesí de nuevas construcciones está "olvidando algunas necesidades básicas de mantenimiento" de otros centros existentes. Fuentes de la Consejería de Educación rechazaron estas críticas y recordaron que el programa Millora Escola prevé hasta el año 2010 obras de reforma o mejora en 66 centros educativos, y que se invertirán 13,3 millones de euros para colegios y 4,3 millones en institutos.

Manuel Menargues, sindicalista del STE en la zona, apuntó otro detalle: "La Vega Baja es el paradigma de las mayores necesidades educativas". La población residente se ha disparado. En Rojales pasaron de 7.000 habitantes censados en 1998 a los 16.000 del año pasado. Ahora en este centro profesores y alumnos "no se fían" y exigen garantías de que "el techo no se vuelva a caer". El malestar de padres, alumnos, docentes y sindicalistas contrastó con el absentismo político del PSPV, incapaz de facilitar un dato.

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