Daniel Day-Lewis, el favorito

Ha sido zapatero en Venecia, pareja atormentada de la actriz francesa Isabelle Adjani y, finalmente, marido de Rebecca Miller, la hija del dramaturgo Arthur Miller. Con apenas una quincena de películas escogidas con mimo y repartidas a lo largo de más de dos décadas, Daniel Day-Lewis ha conseguido convertirse en una de las fuerzas interpretativas más personales de Hollywood y en uno de los hombres más atractivos del planeta.

El actor británico, de 50 años, obtuvo el sábado en Nueva York el premio al mejor actor del año que concede la Sociedad Nacional de Críticos de Cine Estadounidenses. Su papel en la película There will be blood, dirigida por Paul Thomas Anderson, también le ha valido el galardón al mejor actor en el Festival de Cine de Palm Springs, que se ha celebrado este fin de semana, y en el que Sean Penn obtuvo el premio al mejor director por su película Into the wild.

El premio de la crítica estadounidense, que entrega un grupo de 61 especialistas, está considerado por los cinéfilos como uno de los más prestigiosos, muy por encima de los Globos de Oro y, según algunos, con mayor entidad que los Oscar, aunque tenga mucha menos repercusión mediática. There will be blood también se alzó con la mención de mejor película del año y Paul Thomas Anderson con el de mejor director, batiendo así a las otras dos favoritas, No es país para viejos, de los hermanos Coen, y La escafandra y la mariposa, de Julian Schnabel.

En el filme, inspirado en la novela Oil, del escritor Upton Sinclair, Daniel Day-Lewis interpreta a Daniel Plainview, un ambicioso e inmoral empresario petrolero de principios de siglo XX, una época en la que la fiebre por el oro negro hizo perder la cabeza y la ética a más de un estadounidense y llenó hasta el delirio los bolsillos de muchos otros.

Es un personaje extremo, quizás una de las especialidades de este actor que ha dejado huellas imborrables en la historia del cine, como su interpretación de Gerry Colon en la película En el nombre del padre, en la que dio vida a un hombre encarcelado y acusado injustamente de ser un terrorista del IRA, o la del sanguinario Bill, el Carnicero, en Bandas de Nueva York, de Martin Scorsese.

La balada de Jack y Rose, que protagonizó a las órdenes de su esposa, Rebecca Miller, y Bandas de Nueva York, que cuenta con la presencia de Leonardo Di Caprio, han sido los únicos dos filmes en los que ha trabajado Day-Lewis en la última década, además de There will be blood. El actor es conocido en Hollywood por ser extremadamente selectivo con sus proyectos y por transformarse dentro y fuera del estudio en los personajes que interpreta, lo que a veces dificulta la convivencia con él en los rodajes.