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El Sagrado Corazón hizo obras sin estudiar el estado del edificio

El colegio admite que, si hubieran hecho calas, el patio hecho sin licencia no se habría hundido - Urbanismo clausura el resto de la escuela por insegura

Daniel Verdú

La actuación del colegio Sagrado Corazón, cerrado tras el derrumbe de uno de sus edificios el pasado día de Navidad, queda en peor lugar con cada informe de la Gerencia de Urbanismo que sale a la luz. El último documento, emitido ayer por la concejalía que dirige Pilar Martínez, establece que el edificio más antiguo del colegio, al que no afectó el desplome, también está en mal estado y queda clausurado. En ese inmueble el centro religioso concertado de la avenida de Alfonso XIII, 127 (Chamartín) iba a acoger al 80% de su alumnado mientras se reconstruye el edificio derrumbado.

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Según el informe municipal, en el edificio que se creía en buenas condiciones "se han observado pequeñas fisuras en los laterales de las vigas que partiendo desde la zona superior apunta hacia el encuentro de la viga con el soporte...". Para controlar las fisuras se han instalado testigos que deberán, en los próximos meses, revelar el alcance de los daños.

El informe no aclara si el origen de estas fisuras esta relacionado con el derrumbe del edifico contiguo o si se han producido por un problema en la estructura. Sin embargo, es rotundo respecto a la seguridad: "No es objetivamente posible en este momento garantizar fehacientemente la seguridad para los usuarios del edificio".

Así que vuelta a empezar. Los 250 alumnos de educación infantil, como se había previsto, se trasladarán a nueve barracones ubicados en el colegio de las Religiosas del Sagrado Corazón. Pero los 900 alumnos restantes, que el colegio quería que se quedarán en el edificio de Alfonso XII, tendrán que comenzar el año en un colegio ofrecido por la Consejería de Educación situado en el distrito de Latina. Permanecerán allí hasta que se garantice la seguridad del inmueble del Sagrado Corazón.

De todo eso, y especialmente de las causas del derrumbe y de por qué no se pidieron las licencias oportunas para hacer obras en el edificio, tenían que dar cuenta ayer los religiosos a los padres en tres reuniones que se produjeron por la tarde. Y fueron moviditas. Especialmente cuando uno de los ponentes, el ingeniero de caminos y experto en estructuras Óscar Teja dijo que el derrumbe podría haberse evitado: "Si se hubieran hecho calas, podríamos haber detectado el problema". O sea, no se estudió a fondo el edificio antes de instalar un patio en su techo.

El ingeniero se refería a la obra que en este momento está ejecutando la constructora Aedificat en el Sagrado Corazón. Se trata de un aparcamiento subterráneo y un polideportivo cubierto. Ambas instalaciones están situadas en el antiguo patio del colegio. Para que poder levantarlas (el trabajo está en fase inicial), el colegio instaló la zona deportiva y de recreo sobre la cubierta del salón de actos, que se derrumbó en Navidad. Este patio se instaló en la azotea sin contar con las perceptivas licencias, y a la vista de lo explicado por el ingeniero, también sin adoptar todas las medidas de seguridad posibles.

Fueron tres reuniones. Dos horas cada una y divididas por ciclos. Los padres tenían enfrente a miembros de la dirección del centro, de los servicios jurídicos y al arquitecto y al ingeniero de la obra más reciente.

El hermano Guillermo Maylín, responsable del colegio, hizo un breve repaso a todo lo sucedido. Dijo que "se ha creado una alarma social impresionante". Además, se refirió al cierre total del colegio decretado por Urbanismo por motivos de seguridad. A pesar de que se han detectado fisuras en el hormigón, Maylín dijo que le parecía "una medida exagerada".

El máximo responsable del centro reconoció también que el colegio tenía en su poder el informe municipal que señalaba al sobrepeso de la cubierta como una de las causas del derrumbe, desvelado ayer por EL PAÍS. "Ese informe nos lo dieron el 28 de diciembre, pero no lo colgamos en la web", admitió.

Sin embargo, durante toda la reunión se descartó que la obra de la cubierta del edificio hubiera podido ser la causante directa del colapso. La culpa se la llevó el anterior arquitecto: "El edificio de la calle Paraguay estaba en un estado lamentable. Se podían haber caído las aulas de infantil porque había fisuras en las vigas que van por debajo. La calidad del edificio era mala. Teníamos una bomba debajo y nadie sabía que estaba activada", dijo Jacobo Palacios, arquitecto de las últimas obras iniciadas hace meses en el colegio.

Y lo de los barracones va para largo. Maylín dijo que los alumnos de educación infantil también realizarán el siguiente curso en casetas prefabricadas. "Estoy deseando que conozcáis esas aulas. Quienes las critican es por ignorancia", dijo a los asistentes. Pero todavía no están construidas ni tienen las licencias oportunas.

Menos optimista se mostró con las condiciones en las que se encuentra el colegio Miguel Hernández, en Latina, ofrecido por la Comunidad. A él irán, "porque no hay más alternativas", 900 alumnos: "Esta mañana lo hemos visto y no está en las mejores condiciones".

Los barracones estarán relativamente cerca del antiguo colegio, pero el Miguel Hernández está a 15 kilómetros de distancia por las calles del centro (a 24 por la M-30). Los autobuses que se habilitarán para realizar el traslado diario saldrán desde el Sagrado Corazón

A pesar de las tres reuniones, los turnos de preguntas y los múltiples informes municipales, la mayoría de padres se fue a casa ayer sin tener claro cuándo comienzan las clases sus hijos, ni dónde.

Trabajos de demolición del edificio que sufrió un hundimiento en el colegio Sagrado Corazón.
Trabajos de demolición del edificio que sufrió un hundimiento en el colegio Sagrado Corazón.SANTI BURGOS
Parte del colegio madrileño del Sagrado Corazón se vino abajo el día de NavidadVídeo: CNN+

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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