El líder de los obispos pide ahora no culpar de las dificultades "a derechas o izquierdas"
Blázquez censuró la legislación que "quiere desacreditar a la familia cristiana"
La consigna es el mutismo total. Los obispos no dirán nada sobre la reacción del Gobierno y el PSOE ante la masiva concentración del domingo pasado en favor de la familia cristiana en la madrileña plaza de Colón. Tampoco hablará la Conferencia Episcopal, con el argumento de que no fue este organismo quien convocó el acto. Pero su presidente, el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, deslizó ayer una idea que puede ser tomada como un mensaje general ante el revuelo causado por los ataques lanzados contra el Ejecutivo socialista por los cardenales Antonio María Rouco (Madrid), Antonio Cañizares (Toledo) y Agustín García-Gasco (Valencia).
Hay que "llevar con dignidad las dificultades" que se encuentran en la misión apostólica "sin echar las culpas a derechas o izquierdas", aconsejó el obispo presidente de la Conferencia Episcopal ante cientos de sacerdotes catalanes.
Ricardo Bláquez hizo esa recomendación en la cuarta jornada del clero -sacerdotes y diáconos- de las diócesis de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa, los tres obispados que forman la archidiócesis. Entre las dificultades, el presidente de la Conferencia Episcopal destacó la frialdad y el desinterés en relación a la vivencia religiosa, y la debilidad institucional y la fragilidad de la Iglesia en la sociedad actual.
Blázquez tituló su discurso Situación actual de los sacerdotes a la luz de los discípulos de Emaús. La jornada estuvo presidida por el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.
El obispo de Bilbao fue el primer orador en la concentración en favor de la familia cristiana celebrada el pasado domingo en la que no escatimó críticas. "Se quiere desacreditar a la familia cristiana contraponiéndola a una supuesta familia moderna" , afirmó. Después, censuró todas las leyes del Gobierno que ignoran que ignoran que no hay más modelo de familia posible que el que "está fundado por el matrimonio como unión estable entre un hombre y una mujer".
Los obispos no hablan, pero sí sus organizaciones más poderosas, como la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Fundada hace un siglo por el cardenal Ángel Herrera Oria, cuenta entre sus socios con varios ex ministros y posee universidades -entre otras, la San Pablo-Ceu, en Madrid- y colegios. Su presidente, Alfredo Dagnino, confesó ayer sentir "inquietud" por el hecho de que "la prioridad de ciertas formaciones políticas sea desplegar una ofensiva contra la Iglesia católica, contra la jerarquía y contra los católicos". Dagnino Se refería a "las hostiles declaraciones de dirigentes del PSOE".
Similar al nazismo
"El laicismo beligerante exige que la Asociación Católica de Propagandistas esté en la primera línea de la defensa de la libertad. El laicismo niega a la Iglesia la defensa de sus enseñanzas. Pretende arrojarla a una perpetua zozobra haciéndola depender de la benevolencia de quienes manejan un poder inmenso. El laicismo persigue el destierro civil de la Iglesia, añadió Dagnino. "Apoyadas en similares raíces de pensamiento determinaciones de este tipo ya se tomaron en la Alemania nazi por personas que habiendo llegado al poder por métodos estrictamente democráticos se sirvieron de él para transformar la sociedad y conformar un hombre nuevo", aseguró Dagnino.
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