'Capitalismo a la rusa' en Rumania
Los nuevos ricos se abren paso por la bonanza económica, mientras la gente corriente no llega a fin de mes
Rumania es la hermana pobre de Europa. La bonanza económica está dividiendo el país en una pequeña clase alta y una gran clase baja. Con un salario medio de 300 euros, la mayoría de los trabajadores hacen lo imposible para llegar a fin de mes tras un año, el primero en la UE, que ha traído fuertes subidas de la luz, el gas, la gasolina, los alimentos y la vivienda. Mientras, los 300 hombres y mujeres más ricos del país acumulan una fortuna de 33.000 millones de euros (un tercio del PIB). "Entre ricos y pobres, la brecha es cada vez mayor", según el analista Andrei Cornea.
El ex dirigente de la petrolera Rompetrol Dinu Patriciu, que fue acusado hace unos meses de evasión fiscal y es amigo del primer ministro, encabeza la lista de los más adinerados que elabora la revista Capital, y en la que también está Ion Tiriac, ex representante del tenista Boris Becker, y muchos conocidos políticos. "Algunos han llegado lejos por mérito propio, pero si has sido del partido y tienes los contactos necesarios, puedes hacerte rico fácilmente", explica el experto Stelian Tanase. "Es un capitalismo a la rusa", añade, en referencia a la ayuda clave que proporciona estar cerca del clan de los poderosos ex servicios secretos.
Los 300 más ricos poseen una fortuna de 33.000 millones, un tercio del PIB
Los nuevos ricos se han convertido en un ejemplo para miles de jóvenes que se levantan cada día con un objetivo: ganar dinero. Tienen más de un trabajo. Renuncian a sus vacaciones. Quieren una buena casa y un coche caro. "Hay menos jóvenes interesados en tener una buena formación que hace 20 años", cuenta Cornea, que trata a diario con estudiantes en la Universidad de Bucarest, donde imparte clases.
La mayoría de los rumanos sospechan que la corrupción y las relaciones políticas están detrás de la mayoría de las fortunas. La ONG Transparency International afirma que Rumania, que todavía no ha conseguido superar las terribles consecuencias políticas y sociales de la dictadura de Nicolae Ceausescu, es el país más corrupto de la UE. "Cuando la gente ve a un rico, lo primero que piensa es que ha robado, pero en el fondo le envidian porque les gustaría ser como él", añade Cornea. El presidente del banco BRD, Baltasar Bogdan, estima que las comisiones pagadas en las privatizaciones de los últimos 18 años ascienden a entre 3.000 y 4.000 millones.
No es difícil ver en Bucarest quién tiene dinero. Si en los boyantes años treinta, Bucarest era conocida como la París del Este, ahora parece más bien una Pequeña Moscú. Los nuevos ricos, deseosos de impresionar, se gastan cada vez más en productos de lujo: moda, coches, barcos... Frente a los hoteles de cuatro y cinco estrellas, en algunas zonas del centro los precios de los pisos se han multiplicado por 14 en los últimos ocho años. "La globalización ha llegado aquí y muchos viven por encima de sus posibilidades", opina Joaquín Garrigós, director del Instituto Cervantes.
En el mercado de Obor, la vida no es tan fácil. "El negocio baja sin parar, porque la gente no tiene dinero", afirma Constanta Pisaru, de 50 años, vendedora. Ha subido sobre todo el pan, el aceite, el azúcar, la carne... Hace dos años, la barra de pan costaba 10 céntimos de euro; ahora, casi 30. "Los precios se incrementan por la apreciación de los activos, la falta de mano de obra y la entrada en la UE", explica Sorin Ionita, de la Sociedad Académica Rumana.
Los que más sufren son los jubilados. Hay casi seis millones y apenas cobran 100 euros mensuales, cuando sólo la factura de la calefacción supera esa cifra.
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