Yo contra el pueblo

Malo es para un político empezar a recibir críticas generalizadas; peor aún que las voces de reprobación se extiendan, se conviertan en manifestaciones callejeras u ocupen ayuntamientos. Cuando hay mucha bronca, o el político no entiende al pueblo (malo) o el pueblo no le entiende a él (igualmente malo). De eso sabe ahora mucho Julián Lanzarote, alcalde de Salamanca, que tiene revolucionada desde hace más de dos meses a la ciudadanía por la subida indiscriminada de impuestos. Lanzarote, afiliado al Partido Popular, sostiene que para poder beneficiarse de los servicios municipales los salmantinos van a tener que rascarse los bolsillos. La culpa, sostiene, es del Gobierno central, que no aporta fondos para desarrollar proyectos municipales.

La Federación de Vecinos, una asociación que es la que ha canalizado la protesta ciudadana, responde por su parte que la verdadera razón por la que el regidor ha decidido la subida fiscal es que se ha quedado sin los cerca de 20 millones de euros que el Ayuntamiento percibía de constructores amigos en concepto de presuntas sanciones. "Lo de tus amigos, lo pagamos los vecinos", le gritan al bigotudo edil, quien saltó a la fama hace más de dos años tras lograr aglutinar el malestar ciudadano a raíz de la devolución a Cataluña de los llamados Papeles de Salamanca, expoliados durante la Guerra Civil y el franquismo a la Generalitat.

Los salmantinos le montaron varias espectaculares concentraciones de protesta en la plaza Mayor en noviembre. Sobre todo, porque entre los planes del aguerrido alcalde estaba subir el billete del transporte municipal en un 84%. Lanzarote rectificó -"he metido la pata hasta el corvejón", confesó- y fijó la subida en el 4,1%, la tasa de inflación.

Sin embargo, de lo que parece que no se van a librar los cabreados habitantes de Salamanca es del aumento en un 16% del impuesto de bienes inmuebles, 34% en el de recogida de basura y un 13% en el del agua. Claro que la situación no está del todo perdida, porque la Junta de Castilla y León, en manos también del Partido Popular, le ha pedido al alcalde que negocie el decretazo. Ya se sabe, estamos en tiempo de elecciones.