Astarloa, genio y figura
Hay ocasiones en la vida en las que algunos conocidos nos hacen pasar malos ratos. Es el vecino del tercero, o un ex compañero de Facultad. Eran chicos que acostumbraban a cortarse el pelo y vestir a la moda. Cuando los pantalones campana, pantalones campana; cuando el pelo largo, pelo largo. Ya maduritos, algunos eligieron seguir con la zamarra y la barba, y otros, cuando sentaron la cabeza y se hicieron, un suponer, inspectores de Hacienda, ya se decidieron por las corbatas rosas de Hérmes y los abrigos Loden. Normal. Ca' uno es ca' uno, que dicen los castizos.
Pero un día, tras décadas de no ver al letrado de las Cortes, también un suponer, te lo encuentras en mitad de una calle principal y te llevas el susto. Ya ha cumplido los 60 pero ha decidido que todo el mundo envejece menos que él y luce, como al desgaire, pelo corto y engominado hacia arriba, barba de cinco días, pantalones verdes de Armani Jean, camiseta de Custo y deportivas plateadas de Nike. Jamás has tenido, ni tienes, nada en contra de éste u otro atuendo, sea cual sea, pero aquello no cuadra y eres consciente del ridículo. Si en su momento hubieras tirado por la zamarra y la barba...
Dos ejemplos: uno, Martínez Pujalte. Este caballero ya decidió tirar por la garrota y la ofensa hace muchos años. Apenas se nota su presencia y sus barbaridades se escuchan como las bromas del patoso de siempre. Es mero rumor de fondo, tontería para el saco de las tonterías. Su inanidad, por pesada reiteración, es más que manifiesta y a todo el mundo le importa una higa lo que declame tal señor.
Pero resulta que Ignacio Astarloa, ex secretario de Estado de Seguridad y ahora secretario de Libertades Públicas (¿?) del Partido Popular, el viernes acabó por destaparse del todo -ya había iniciado el camino tras el 11-M- y se puso el pantalón verde y la camiseta serigrafiada.
Utilizar la salvaje agresión a José Luis Moreno para censurar la política antiterrorista del Gobierno le iguala a su compañero Pujalte, que ya lo hizo el día anterior. Es muy dueño Astarloa de echarse al monte. Pero mejor que no nos pida que le consideremos un político responsable. Lo fue y ya no lo es.
Siempre será el de las Nike plateadas.
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