El AVE se interna en Castilla
Zapatero inaugura la línea de alta velocidad Madrid-Segovia-Valladolid
A las diez de la mañana, según el relojito del vagón, arrancó el AVE. A los 15 minutos, llegó al pie de la sierra de Guadarrama. El tren se internó en ella por un túnel de 28 kilómetros a 250 kilómetros por hora. El viajero sólo notó un zumbido leve en el oído. A las 10.25, con cinco minutos de adelanto sobre el horario previsto, entraba en la reluciente estación de Segovia-Guiomar. La comitiva, encabezada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, salió al andén a toda prisa. Encaramados a un montecillo, una veintena de personas aprovechó el centenar de periodistas que corría detrás de los políticos para protestar contra la construcción de un aeropuerto en Cantimpalos. Una pancarta resumía: "Aeropuerto, pueblo muerto".
No hubo discursos. Sólo una plaquita descubierta a toda prisa, agobios para cumplir el horario, y un paseo meteórico al vestíbulo de la estación.
A las 10.46 todos regresaban al tren. En ese momento salió el gordo de la lotería pero no había tiempo para comentar ni para echarse mano al billete de cada uno. Arrancó de nuevo. Al poco, la megafonía anunciaba que el AVE cruzaba los campos helados y las parameras de Valladolid a 300 kilómetros por hora.
A las 11.22, con los cinco minutos de adelanto de toda la jornada, el AVE se paró en la estación de Valladolid. Había vecinos entusiasmados que aplaudían desde las ventanas de su casa. También varios centenares de manifestantes con bocinas y cencerros que protestaban juntos por cosas diferentes: unos pedían el soterramiento de las vías, otros se quejaban de la escasa frecuencia de los trenes a Aranda de Duero y a Ávila; un tercer grupo reclamaba mejoras laborales.
En un viejo almacén ferroviario rehabilitado, con el fondo de las bocinas, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, se felicitó por que el AVE llegara a Castilla, "tierra de figuras señeras como Núñez de Arce, Rosa Chacel, Zorrilla, Miguel Delibes... o Zapatero". Algunos rieron tomándose a broma el peloteo; otros, más serios o más pelotas, lo aplaudieron.
El presidente comenzó con un solemne "ya hemos llegado aquí, y llegaremos a todas partes". A Barcelona, añadió, será "pronto", sin especificar más.
Luego el AVE regresó a Madrid. Y los pasajeros se citaron para la próxima inauguración meteórica, que se celebrará hoy, en Málaga.
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