El camino de los cerezos

El camino Rosell es la ruta más corta que comunica Arenys de Munt con Collsacreu y, por tanto, fue antiguamente el paso obligado para ir hacia la comarca del Vallès por Vallgorguina y Sant Celoni. El propio uso del camino ha ido configurando su forma: lo que se ve en la actualidad es la huella del trajín de mucha gente durante muchos años. Lo utilizaban los campesinos para ir al mercado del miércoles en Sant Celoni; durante la época de la vendimia era un no parar de carretas llenas de uva que bajaban de las viñas de Collsacreu, y para los carboneros, leñadores que trabajaban en los bosques del Montnegre y Olzinelles era el camino habitual. Durante el siglo XVII y XVIII, el camino fue utilizado como una vía de acceso directo para transportar los troncos que abastecían de madera a los astilleros de Arenys de Mar. Los troncos eran arrastrados por el sendero. La erosión constante del terreno convirtió el camino en un lecho hundido que se utiliza hoy para hacer agradables y cómodos paseos.

El itinerario comienza en la avenida del Panagall, en Arenys de Munt. La masía de can Rosell nos indica el camino, justo al lado de una pequeña capilla. Se cruza la carretera y el camino se empina y se adentra de lleno en un terreno granítico hasta Collsacreu. A lo largo de la subida, el caminante puede observar todo el laberinto de rieras y torrentes de roca dura granítica que confluyen en la famosa riera de Arenys de Mar. Es un paisaje que nos hace comprender el porqué de la velocidad y destrucción de las aguas cuando la lluvia aparece de manera violenta, arrastrando todos los materiales hacia las playas y el mar.

La cumbre se alcanza en la Casa Nova de Pibernat y de ahí sale el camjno que desciende hacia Vallgorguina. Antes, sin embargo, el camino encuentra una plantación de cerezos. Los cerezos de Roca son una denominación de origen de Arenys de Munt y fueron introducidos en el siglo XIX por dos hermanos: los Roca.

En los tiempos modernos, al construir la carretera de Arenys de Mar a Sant Celoni, algunos tramos del camino del Rosell quedaron enterrados. La construcción de tres puentes de piedra reabrieron el camino. El tercero de ellos resulta muy espectacular por su altura. Una ruta agradable, la de los cerezos.