Los planes de Camps y Valcárcel refuerzan un contrapeso a Valencia
El eje Alicante-Murcia supondría la tercera área metropolitana de España
La tercera área metropolitana de España es bipolar. Por detrás de Madrid y Barcelona se está gestando el área de Alicante-Murcia-Cartagena que suma más de dos millones de habitantes con unas intensas relaciones sociales y económicas. El emergente espacio socioeconómico sobrepasa en cifras al área metropolitana de Valencia.
La consolidación de este nuevo espacio cuenta con el apoyo explícito de los gobiernos de la Comunidad Valenciana y Murcia. En septiembre el consejero de Infraestructuras, Mario Flores, se reunió con el presidente murciano Ramón Luis Valcárcel para firmar un protocolo para la construcción de cinco ejes viarios nuevos entre Alicante y Murcia con una inversión superior a los 600 millones de euros para la construcción de 143 kilómetros de vías de alta capacidad. Estos proyectos son la autovía Yecla a la A-7, Abanilla y la A-7, carretera entre La Algeña y Yecla, carretera Yecla a Barbarroja y la CV-38 desde la A-31 hasta El Pinós.
Este fenómeno social y urbanístico es novedoso, no es una gran capital o una ciudad en exclusiva la que potencie ese desarrollo, sino son varias las ciudades que alimentan esa gran área detectada por especialistas en estrategia urbana. Y además, de diversa base. Unas de base agrícola, otras industriales y, la mayoría, turístico-residenciales. Por el momento no hay estudios concretos que analicen con detalle la dimensión del fenómeno, pero algunos pormenores van trascendiendo. El Atlas Estadístico de las Áreas Urbanas de España, elaborado por el Ministerio de la Vivienda, sitúa al área de Murcia y Alicante-Elche como las que más se ha incrementado la ocupación de suelo urbano.
Entre 1987 y 2000 la superficie urbana ha crecido más de la mitad de lo que ocupaban hasta entonces, Murcia 78,5%, Elche 67% y Alicante 49%. Un informe de grupos conservacionistas de 2006 cifró en unas 225.000 las nuevas viviendas previstas con el desarrollo de todos los planes urbanísticos previstos.
El crecimiento demográfico en la comarca de La Vega Baja ha sido espectacular. La ciudad de Torrevieja en 2000 tenía censados 50.000 habitantes y en 2006 rondaba los 93.000, en Orihuela pasaron en ese periodo de 53.000 a 83.000 habitantes, con 40% de población extranjera procedente de 100 nacionalidades diferentes, pero en los pequeños municipios todavía el aumento ha sido más espectacular, Rojales pasó de 7.000 a 16.000 habitantes, y Pilar de la Horadada de 11.000 a 20.000 en seis años.
Pasa a la página 2El debate sobre las relaciones territoriales y sociales entre Alicante y Murcia se ha abierto. Alicante y La Vega Baja tienen una relación funcional muy fuerte con Murcia y Cartagena, como explica el urbanista Alfonso Vegara y el triángulo Alicante-Murcia-Cartagena sería la tercera ciudad española si hubiera una interacción y una interrelación sólida. Por su parte, Alfredo Morales, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, detecta una gran "complementariedad" entre estas comarcas. "No hay una frontera física inexpugnable, el territorio se comunica con fluidez y la gente se relaciona", explica este profesor que extiende hasta Almería el origen de este fenómeno. La provincia andaluza es una de la de mayor renta por cápita cuya salida natural hacia el arco Mediterráneo y Europa es Murcia y Alicante. Este profesor considera necesario acelerar los proyectos de mejora de las comunicaciones por carretera e impulsar una red de transporte ferroviario para atender las múltiples necesidades de un potente sector manufacturero exportador, del agrícola y del turístico-residencial. El fenómeno es económico y social y no político "el PP no pretende rescatar el Sureste franquista", añade Morales.
Distinta es la opinión de Fernando Díaz, profesor de Sociología Urbana en la Universidad de Alicante, quien admite unas bases históricas que explican estas intensas relaciones entre el sur de Alicante y Murcia pero observa en los últimos años "un cierto deseo político de hacer emerger el Sureste, con el riesgo de desvertebración de la Comunidad Valenciana que esto conlleva". Este sociólogo ha realizado diversos estudios sobre los residentes extranjeros en la zona, sus relaciones, su movilidad y cambios de residencia, y alerta del riesgo que supone el "urbanismo desmesurado" sin los servicios de comunicación necesarios. Fernando Vera, catedrático de Análisis Geográfico Regional, califica de "ejemplarizante el proceso desbordante urbanizador" en La Vega Baja y critica que la depredación del territorio y el desarrollo urbanístico haya ido por delante de la dotación en infraestructuras. "Es cierto que ha mejorado mucho la conexión, sobre todo de las grandes autovías, pero hay una deficiencia en las comunicaciones comarcales", advierte Vera quien se pregunta si "se debe mantener este ritmo frenético de crecimiento". El experto considera que en su comarca se debe abrir un debate y reflexionar sobre la urgencia de dotarla de una "red eficiente de transporte público", para vertebrar el espacio físico.
Ante este déficit de infraestructuras las Administraciones han reaccionado. El Ministerio de Fomento acaba de adjudicar el estudio para construir una nueva autopista Alicante-Murcia AP-37, de 26 kilómetros, que conectaría con la autopista Alicante-Cartagena (AP-7) a la altura de Catral y la autovía del Reguerón (MTJ-30), en julio Fomento también adjudicó las obras para convertir en vía parque la N-332 entre Guardamar del Segura y Torrevieja, y entre esta última población y Pilar de la Horadada, la inversión de estas dos obras supera los 42 millones de euros. Por su parte, el Consell también tiene previsto a medio plazo construir nuevas autovías entre Elche-Santa Pola, Abanilla, Benferri, Orihuela-Torrevieja, Orihuela-Guardamar y Sant Miguel de Salinas-Pilar de la Horadada, además de otra conexión entre Novelda y el límite con Murcia y Aspe-Murcia.
Al rechazo que estos proyectos están generando por su agresión a la huerta tradicional, se suma ahora el trazado planteado para el AVE. Diversos grupos conservacionistas han manifestado su rechazo a la propuesta inicial y su preocupación al respecto. Pero las relaciones y los flujos de personas son constantes en esta zona. Según datos de Cercanías Renfe en el año 2005 utilizaron la línea Alicante-Murcia 2.9 millones de pasajeros y el año pasado fueron 3.8 millones con un incremento del 4.5%. Algunos estudios calculan que cuando se duplique y electrifique esta línea, como tiene previsto Adif, el número de pasajeros se multiplicará por siete.
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