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Calatrava atribuye la inundación del Palau a una "catástrofe natural"

El arquitecto elude la responsabilidad y evita polémicas con el Ayuntamiento

Santiago Calatrava, original del barrio valenciano de Benimàmet y uno de los más prestigiosos arquitectos del mundo, atribuyó ayer la inundación sufrida por el Palau de les Arts el pasado mes de octubre a "una catástrofe natural". Calatrava olvidó por un momento que el Palau se levanta sobre el cauce del antiguo río Turia, que las lluvias torrenciales son habituales en Valencia a finales del verano y que una obra de semejantes características necesariamente debe contemplar esos imponderables para aludir a una vaga "conjunción de muchos factores" como causa de la inundación.

La tormenta que cayó sobre Valencia la noche del 11 al 12 de octubre causó estragos en el edificio. El agua que inundó el recinto corría como un río desatado por pasillos, escaleras, talleres, sótanos y varias salas del coliseo de la ópera. La inundación fue de tal magnitud que los bomberos achicaron agua durante 72 horas.

Durante días, el estudio del arquitecto y el Ayuntamiento de Valencia intercambiaron reproches sobre la altura de la zona ajardinada en torno al edificio o sobre la ausencia de unos lagos artificiales previstos en el diseño inicial. Solo el Ayuntamiento aludía entonces a una catástrofe natural. Pero ayer, mientras Francisco Camps, presidente de la Generalitat, permanecía incólume a su vera, el arquitecto pasó por encima de cualquier polémica con el Ayuntamiento de Valencia. Interrogado sobre si se podrían haber evitado las inundaciones de los sótanos del monumental edificio, Calatrava sentenció: "Es difícil de decir". Pero a continuación, sin pestañear, afirmó: "Ya se están tomando las medidas necesarias y se tomarán las medidas necesarias para que no vuelva a ocurrir".

Como un perfecto político, el creador de todos los edificios del complejo de la Ciudad de las Artes y la Ciencias redondeó sus comentarios en torno a la posible responsabilidad del desastre con una invitación a pasar página: "Cuando pasa una cosa así, mirar hacia atrás tiene poco sentido, lo que tiene sentido a partir de ahora es mirar hacia adelante e intentar mejorar las cosas, que este instrumento que tiene la ciudad que es una ópera extraordinaria -que ahora se va a completar con un auditorio de ópera barroca- siga funcionando y dé los frutos que los valencianos esperamos que dé".

El arquitecto ofreció sus comentarios a unos metros de las primeras piezas del tablero del puente de Serrería que llegaron el jueves y permanecen colgadas a punto de ensamblarse. El puente incluye una serie de cables colgantes de un gran mástil que tendrán 125 metros de altura y será "el punto más alto de Valencia".

Una vez concluido, el puente de Serrería cerrará el bulevar sur de Valencia, "romperá la horizontalidad" del complejo de edificios que componen la Ciudad de las Artes y las Ciencias y permitirá el tránsito de peatones por el cauce del río desde el Museu Príncipe Felipe hasta el Ágora y L' Oceanogràfic.

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A espaldas del arquitecto y del presidente de la Generalitat, que evitó cualquier comentario ante los periodistas, descansaban las primeras piezas metálicas que compondrán los pórticos del Ágora y que se elevarán unos 70 metros sobre el antiguo cauce del Turia. Calatrava vaticinó que las obras del puente de Serrería estarán terminadas en el verano de 2008 y el Ágora, en torno a un año después. Y auguró que el proyecto de construcción de tres torres en el tramo final del cauce será una realidad, sin fecha, porque "hay una voluntad política decidida", la "convicción del actual presidente de la Generalitat", para culminar una obra que marcará "el tránsito de la Valencia del siglo XX a la Valencia del siglo XXI" y que será reflejo de "una generación".

Francisco Camps fue aludido y alabado por Calatrava en varias ocasiones. Pero el presidente de la Generalitat no dijo ni una palabra.

Más expresivo fue José Camarasa, diputado socialista, que reclamó detalles sobre el proyecto del Centro de Convenciones de Castellón, que Camps y Calatrava anunciaron al alimón el viernes y donde la Generalitat tiene previsto invertir 60 millones de euros. Según Camarasa, la iniciativa es una mera "ocurrencia poco madurada", porque "no tienen ni los terrenos, ni hay boceto de proyecto".

Según Camarasa, el nuevo proyecto de Calatrava en Castellón es "una ocurrencia motivada para contentar al arquitecto después de unas semanas en las que ha sido puesto en cuestión con las inundaciones en el Palau de les Arts". El diputado socialista recordó que el estudio de Calatrava dijo que las inundaciones en el edificio fueron resultado de "la incompetencia y la desidia del Consell" y del propio Ayuntamiento de Valencia.

Como segunda opción para explicar la ocurrencia, Camarasa apuntó: "Ha sido una compensación inmediata ante la posibilidad de que Calatrava exponga la documentación sobre las posibilidades de inundación del Palau, creo que ha podido haber un acuerdo por ambas partes".

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