Olgoso explora los límites de lo fantástico en sus relatos

El escritor granadino Ángel Olgoso ha recopilado en el libro Astrolabio, publicado por la editorial Cuadernos de Vigía, una colección de 43 relatos que se presentan como un pequeño caleidoscopio que permite "enfocar la mirada sobre extrañas formas y figuras, sobre perspectivas insólitas, hermosas, terribles o delicadas". El título, que designa un instrumento de navegación, apunta a la diversidad de los mundos, a las distintas latitudes geográficas y temporales que pueden encontrarse en los cuentos de Olgoso.

Desde hace 30 años, el cuentista granadino ha explorado diferentes registros literarios, siempre dentro de la brevedad y del género fantástico, cuestionando los límites del cuento "para ayudar a que no se apague su llama milagrosa y primigenia". En este contexto se sitúa Astrolabio, que continúa el trabajo del anterior libro de Olgoso, Los demonios del lugar, aunque en los nuevos relatos la atmósfera es menos siniestra.

Aunque no lo reconozca, Olgoso es más que exigente con su trabajo y desde hace años busca, como señala su editor, la escritura de un cuento perfecto. "No soy tan ambicioso, personalmente me conformaría con conseguir algún día un cuento que se acercara a la perfección", declara después de unos 400 intentos en los que ha buscado "aunar la perfección técnica del mecanismo de precisión con la singularidad de la historia, para conmover o inquietar al lector según el relato", explica.

Brevedad

En opinión del autor granadino, cada relato es único, por lo que es imprescindible esforzarse en cada uno de ellos. Con respecto a por qué no se ha enfrascado en la escritura de una novela, el escritor utiliza una cita de Lichtenberg en la que aseguraba que "para romper ventanas, uso siempre monedas de dos centavos", en alusión a la importancia de la brevedad para lograr "el asalto limpio".

Otra de las grandes cuestiones que sobresalen en la literatura de Olgoso es su opción por lo fantástico. "Me esfuerzo de buena gana en pensar cosas en las que pienso que los demás no pensarán", dice. Este cultivo de lo fantástico conforma una extraña visión de la realidad, donde se crean mundos alternativos, aunque como afirma el escritor "no se trata de un plan de evasión, sino en todo caso de revelación, de iluminación".