La fiscalía rechaza pedir más pruebas en el caso del metro
Un informe señala cinco deficiencias evitables
La fiscal del caso del accidente del metro de la Línea 1 de Valencia ocurrido el 3 de julio de 2006, en el que murieron 43 pasajeros y otros 47 resultaron heridos, no va a pedir nuevas diligencias tras la ampliación del informe técnico, en el que se señala que las balizas situadas en el punto del siniestro no estaban programadas para frenar un tren que circulase con exceso de velocidad cuando sí tenían la capacidad técnica para estarlo. La representante del ministerio público, que no realizó ninguna pregunta al perito Andrés Cortabitarte cuando hace poco más de una semana compareció en el juzgado para ratificar su ampliación del informe inicial, mantiene que la causa del siniestro es el exceso de velocidad, y el único responsable de ello fue el conductor, contra quien no se pueden ejercer acciones penales porque falleció en el siniestro.
"El accidente se puede calificar como evitable", según un experto
Las acusaciones particulares, por el contrario, aportan al juzgado nuevos documentos. Uno de esos está firmado por Francisco Barber, Ingeniero Técnico en Navegación y Circulación Aéreas. Su informe se deriva del presentado por la policía científica y del estudio de las instalaciones existentes en la fecha del siniestro. En él consta, y así lo explica el abogado que lo ha aportado al juzgado, Vicente Baeza, a quien la juez se lo había rechazado en ocasiones precedentes, que existían cinco deficiencias técnicas subsanables que hubieran evitado el siniestro. Considera que: la curva donde se produjo el accidente no disponía de sistemas electrónicos de frenado automático del tren en caso de sobrevelocidad; la cadencia de pulsaciones sobre el sistema de hombre muerto (dispositivo que obliga al maquinista a responder continuamente a una señal, y si no responde, se produce el frenado automático de urgencia) era demasiado amplia, permitía recorrer demasiada distancia sin activarse; la baliza 1.680 protegía la entrada de la estación de Jesús impidiendo una velocidad superior a 40 kilómetros por hora, no a la curva del siniestro, situada 250 metros antes; La tolerancia de velocidad programada en el sistema (10 kilómetros por hora por encima de la permitida), es demasiado amplia, se permitía una velocidad de 73 kilómetros por hora; dado que no se reprogramaron las balizas, se debiera haber situado otra para asegurar la velocidad de 40 kilómetros por hora en la curva del siniestro. El especialista considera que "el accidente se puede calificar como evitable".
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