_
_
_
_

Una protesta contra la planta de gas de Alcanar corta la N-340

Pese a que el Ministerio de Industria accedió a finales del pasado mes de septiembre a alejar de la localidad de Alcanar la planta de gas que suscitó el unánime rechazo local, los vecinos del último municipio catalán situado antes de la frontera con Castellón siguen sin ver con buenos ojos el proyecto. Más de 400 personas acudieron ayer a la convocatoria de la asociación ciudadana Plataforma en Defensa de les Terres del Sènia, que organizó un desayuno a base de botifarra, palabra con cuyo significado jugaron los manifestantes para ilustrar su particular corte de mangas al proyecto. Durante la ida y vuelta al desayuno, los manifestantes cortaron durante varios minutos la circulación en la carretera N-340.

"Por mucho que diga el ministerio que busca el consenso con el territorio, la verdad es que nadie nos ha llamado, ni a nosotros ni a la plataforma, para buscar posibles ubicaciones", lamentaba ayer el alcalde de Alcanar, Alfons Montserrat (ERC).

El consistorio sigue reclamando participar activamente en la búsqueda de un nuevo emplazamiento para la controvertida instalación, por entender que la planta de gas continuaría estando demasiado cerca del casco urbano de Alcanar.

El proyecto inicial situaba esta instalación a apenas 1.500 metros de la localidad y, tras una fuerte movilización vecinal y la unidad de los partidos políticos locales, que veían absolutamente incompatible esta industria con el incipiente turismo familiar y la tradicional actividad agraria, el Ministerio de Industria accedió a alejar la instalación del núcleo urbano.

Promesa verbal

Sin embargo, esta modificación de los planes no figura en ningún documento oficial, sino que hasta el momento únicamente es la postura que han fijado responsables del ministerio en declaraciones públicas, y de todos modos, la nueva ubicación escogida tampoco satisface en Alcanar.

"Estaría a tres o cuatro kilómetros del pueblo", asegura el alcalde. La firma que desarrolla el proyecto, Escal UGS, ha asegurado en presentaciones de su instalación que el riesgo que comporta es similar al de un gasoducto, y que las emisiones de dióxido de carbono son equiparables a las que hoy ya soporta la zona con el tráfico que circula por la autopista AP-7.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_