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EL PRESIDENTE DEL CONGRESO: "LA SOCIEDAD NO TOLERARÁ OTRA LEGISLATURA TAN RUDA"

Zapatero: "El consenso llevará tiempo" Rajoy: Marín "no se refería al PP"

Grupos radicales abuchean a los socialistas en los actos del Día de la Constitución - El Partido Popular insiste en que sólo habrá unidad si es para derrotar a ETA

Fue el último discurso de conmemoración del Día de la Constitución de la legislatura y el presidente del Congreso, Manuel Marín, con acento de despedida, no dejó pasar la oportunidad para denunciar el clima de crispación ante las principales autoridades políticas y judiciales del país, congregadas, como todos los años, en la Cámara baja. "La sociedad española no tolerará otra legislatura tan dura y tan ruda", dijo Marín, que ha sufrido como pocos desde su puesto en el Congreso las tensiones políticas del cuatrienio.

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Poco antes, dos centenares de personas se acercaron a las inmediaciones del Congreso para abuchear a los políticos, especialmente a los socialistas, cuando penetraron en el recinto. El grito más chocante fue el pretendido insulto dirigido al presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, al que espetaron: "¡Catalán!".

Al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que flanqueaba a Marín, le pareció "atinado" el discurso de éste, aunque también aclaró que "llevará su tiempo" recuperar el consenso y la unidad contra el terrorismo con el PP, un esfuerzo al que se comprometió a redoblar. El presidente de los populares, Mariano Rajoy, que flanqueaba a Marín por su izquierda, no se dio por aludido. ¿Se estaba refiriendo Marín al PP o al propio Rajoy, que en el Congreso acusó a Zapatero de traicionar a los muertos de ETA?, se le preguntó. "Estoy convencido de que no", respondió lacónico, sin querer entrar a valorar el discurso del presidente de la Cámara, centro de todos los comentarios en pasillos.

Tras resaltar el "éxito colectivo" de la Constitución, Marín denunció cómo los españoles han tenido siempre "la tentación de ser iconoclastas y de comportarse como cainitas". El presidente reclamó otra forma de hacer política, basada en la voluntad de llegar a acuerdos y en el "sentido del límite". Lo que él añora, ahora que la deja, es la "política con mayúsculas" y que en el Congreso "se abra paso la grandeza". "En política es legítimo apretar al adversario, pero hay que saber cuándo abrir la mano y llegado el caso, tenderla para apretarla", sentenció en lo que parecía su testamento político, después de reivindicar la Constitución no como un mito intocable, sino como un "gran éxito colectivo".

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Zapatero constató lo "atinado" del discurso. Y el portavoz parlamentario socialista, Diego López Garrido, interpretó que iba dirigido contra "la estrategia de crispación que el PP ha diseñado esta legislatura como forma de hacer oposición contra el Gobierno". En privado, los dirigentes populares opinaban que el discurso institucional también se refería a Zapatero, sobre todo cuando hizo llamadas al consenso, ya que el PSOE ha sacado adelante el Estatuto catalán sin pactarlo con el Partido Popular.

López Garrido precisó que "si Marín hubiera querido dirigir una regañina a todos los partidos, hubiera dicho que este clima es responsabilidad de todos, y no lo ha hecho; sin embargo, la alusión ha sido clara cuando ha exigido sentido del límite".

El presidente del Gobierno, que habló poco después de Marín, aprovechó su intervención para llamar al "entendimiento sincero" con Rajoy en la lucha contra el terrorismo, aunque admitió que "llevará su tiempo" porque "las distancias" con el PP "han sido muy fuertes" durante la legislatura.

Zapatero expresó su determinación de trabajar por la unidad "sin mirar para atrás", aunque aclaró que no se trata de "fijar citas concretas", sino de "dar los pasos necesarios" para tener un "diálogo fluido". Informó de que desde que ETA asesinó a los dos guardias civiles, el sábado pasado, ha conversado tres veces con Rajoy, la última el miércoles por la noche. En un gesto claro de distancia, Rajoy lo explicó de otra manera: "Me llamó ayer a las 21.30 para contarme que había dos etarras detenidos", una noticia conocida muchas horas antes.

Zapatero se negó a reconocer que la crispación se haya adueñado de la calle: "La inmensa mayoría de la sociedad, el 99,9%, expresa sus ideas con respeto y con una convivencia absolutamente ejemplar". Sobre la petición de ilegalización de ANV, que reclama el PP, respondió que el partido abertzale es "hoy más frágil que ayer, pero debe ser la Justicia quien actúe". Y ante una pregunta sobre si se compromete a no negociar nunca más con ETA, replicó: "He afirmado y reafirmado que el Gobierno va a luchar con todas las fuerzas del Estado de derecho contra el terrorismo de ETA". Sobre este último asunto, Rajoy señaló que a él "le gustaría" que Zapatero se comprometiera a no negociar más con ETA, pero no lo va a exigir como condición para apoyar al Ejecutivo. Rajoy insistió en que él no ha movido su posición. La unidad, sentenció, es sólo para derrotar a ETA.

Gaspar Llamazares, líder de IU, se mostró molesto por la interpretación de que esta legislatura se puede dar por perdida porque ha estado dominada por la crispación. Ha sido la legislatura con mayor número de reformas sociales, y debería ser recordada por eso, aclaró.

Manuel Marín, en primer término. Detrás, José Luis Rodríguez Zapatero (izquierda) saluda a Mariano Rajoy en presencia de Eduardo Zaplana.
Manuel Marín, en primer término. Detrás, José Luis Rodríguez Zapatero (izquierda) saluda a Mariano Rajoy en presencia de Eduardo Zaplana.AFP

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