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Signes critica el urbanismo depredador del 'Manhattan'

El presidente Francisco Camps y el PP han demostrado con la aprobación del macroplán del Manhattan de Cullera que siguen "buscando atajos por donde colar sus proyectos urbanísticos depredadores" y se alejan de las "necesidades reales de vivienda barata de los ciudadanos". Así reaccionó ayer el portavoz de Medio Ambiente del PSPV-PSOE, Francesc Signes, a la aprobación del plan de la Vega de Cullera, que permitirá construir 35 torres de viviendas y plazas hoteleras de entre 25 y 40 alturas junto a la desembocadura del Júcar. El sector prevé 4.883 viviendas, de ellas 1.171 protegidas. "Es la culminación de un modelo caracterizado por la ocupación intensiva del territorio" que ha esquivado las limitaciones del Plan del Litoral en tramitación y la nueva ley del suelo, que exigiría un 30% de VPO, afirmó.

El plan, en opinión de Signes, "confirma el desinterés del Consell por el medio ambiente". Además, convierte su discurso del agua en "una falacia", ya que el proyecto se ha aprobado en contra de las advertencias de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), que no ve aseguradas las reservas suficientes para los nuevos residentes.

Informes negativos

Al portavoz popular en las Cortes David Serra le bastó recordar que el Manhattan se incluyó en un plan general de Cullera aprobado por los socialistas para rechazar las críticas de Signes. De un análisis sobre si lo que se diseñó en 1995 tiene sentido ahora, ni rastro. Serra rebatió como "absurdas" las objeciones a la falta de garantías de suministro porque a su juicio, si hay agua para el trasvas Júcar-Vinalopó, tiene que haberla para Cullera. "[La ministra] Narbona decidió cambiar el trazado del trasvase argumentando que desde la toma del Azud de la Marquesa en Cullera había suficiente agua para trasvasar 80 hectómetros cúbicos", afirma Serra, para decir más adelante que el Manhattan beberá de un acuífero.

El Gobierno votó el miércoles en contra del plan porque hay concesiones de agua en trámite y faltan infraestructuras hidráulicas complementarias. Ahí no acaban los inconvenientes, según el Ejecutivo socialista, ya que no se han terminado las variantes de la N-322 y los enlaces necesarios desde el Manhattan para absorber el importante incremento del tráfico. El Consell no autorizará la ocupación de las viviendas hasta que esté acabada la red.

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