El venerable abuelo de Wall Street

Lazard es uno de los bancos de inversión más venerables de Wall Street, hasta el punto de ser conocido en el bajo Manhattan como el granddaddy (abuelito) en el lucrativo negocio de la asistencia financiera en las operaciones de fusión y adquisición de empresas. La entidad, plenamente global como sus principales rivales Goldman Sachs, Citigroup o Morgan Stanley, es gestionada desde sus oficinas ejecutivas en Nueva York, París, Londres y Milán.

Los ingresos anuales de Lazard ascendieron el año pasado a 1.570 millones de dólares (1.070 millones de euros). Según datos de la firma, gestiona en la actualidad unos activos que ascienden a 142.100 millones. El banco de inversión, fundado en el año 1848 en Nueva Orleans, tiene su sede social en Hamilton, en el paraíso fiscal de las islas Bermudas.

Durante más de un siglo y medio se mantuvo como una entidad al margen de Wall Street, hasta que en mayo del año 2005 colocó su capital en el New York Stock Exchange (NYSE).

La operación, con la que ingresaron 850 millones, no estuvo exenta de batallas internas entre la vieja y nueva guardia. Además, tuvo como resultado el desprendimiento de su filial de securities, ahora una entidad independiente conocida como Lazard Capital Markets.

El banco de inversión concentra su fuerza en la asistencia en operaciones de fusiones y adquisiciones de empresas. Su salto hacia el Viejo Continente se produjo en 1852, donde abrió su primera oficina en París, y en 1870 se estableció en Londres.

La firma, comandada desde comienzos de 2002 por el estadounidense Bruce Wasserstein, uno de los más veteranos del sector, cuenta en la actualidad con unos 2.200 empleados dispersos por Estados Unidos, Europa, Asia y Australia.

La entidad opera como una firma global desde enero de 2000, cuando integró todas sus oficinas bajo la marca Lazard LLC. De esta manera, explica, sus clientes pueden sacar ventaja de una red planetaria sin abandonar sus raíces locales en las 35 ciudades donde opera.

El nombre de Lazard aparece en los matrimonios empresariales más complejos de los últimos 75 años, como la reciente adquisición de la firma Cinergy por parte de Duke Energy, la fusión de Nextel y Sprint, o la venta de Bank One a JP Morgan.

En los últimos años, de gran actividad en este campo gracias a la abundante liquidez en el mercado, participó en casi un millar de cambios de manos en el mundo corporativo valorados en cerca de un billón de dólares. Además, ofrece asistencia y asesoramiento financiero a instituciones, gobiernos y grandes inversores privados.