La radiación ha bajado el 70% en Vandellòs I, desmantelada hace 10 años
Los restos de la central nuclear Vandellòs I (Baix Camp), desmantelada a raíz del más grave accidente nuclear en España, ocurrido el 19 de octubre de 1989, han perdido el 75% de su radiactividad tras permanecer 10 años confinados bajo un grueso caparazón de hormigón. Así lo aseguró ayer Enresa, empresa encargada de su desmantelamiento y de tutelar las instalaciones. Enresa recuerda que el núcleo de Vandellòs I, de forma natural, habrá reducido su radiactividad en 2028 al 5% de su valor inicial.
En aquel año, los valores radiológicos de la instalación serán "aptos" para el desmantelamiento de lo que fue la primera central nuclear que tuvo Cataluña. Desde 1998 el viejo reactor está sellado en el interior de un bloque de hormigón de 50 metros de altura. Enresa lleva a cabo análisis periódicos sobre la estanquidad de este caparazón.
Vandellòs I sufrió un aparatoso incendio en 1989 que supuso su cierre. En ese momento aún no estaba en vigor la actual escala internacional de sucesos atómicos -que va del 0 para los casos menos graves al 7 para los casos gravísimos con emisión de grandes cantidades de radiactividad al exterior-. De haber estado vigente esta escala el accidente se habría calificado con un 3, que representa que hubo liberación de radiactividad al exterior aunque con dosis mínimas. El accidente de Chernóbil en 1986 en Ucrania supuso un 7 en esta escala y el de Three Mile Island en EE UU en 1979, un 5.
Herrera pide el cierre
Por otra parte, el diputado ecosocialista en el Congreso Joan Herrera (ICV) exigió ayer el cierre de la central nuclear Vandellòs II tras el último incidente de esta planta, parada desde la madrugada del domingo por un fallo en las barras que controlan la fisión del reactor.
Herrera argumenta que el deficiente estado y el mal funcionamiento de la instalación colocan a Vandellòs II en el primer lugar de las centrales que, en su opinión, deben cerrarse. El diputado también emplazó al Ejecutivo a "ser valiente" y no posponer más el debate sobre el cierre de las plantas atómicas.
Herrera arremete contra ANAV, la gestora de las tres plantas nucleares catalanas creada por Endesa e Iberdrola, propietarias de las centrales atómicas, por haber "ocultado información una vez más" al Consejo de Seguridad Nuclear. La compañía lo niega y asegura que cumplió con los protocolos.
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