"En este pueblo o eres policía, o militar, o guardia civil"
Hacía dos semanas que Raúl Centeno había acudido a Grulleros, un pueblo de poco más de 400 habitantes, situado a unos 10 kilómetros de León, la localidad donde nació José, su padre, guardia civil como él.
Aquí, Raúl, tiene a su tía, Luisa, muchos primos y amigos, algunos jugaban en la tarde de ayer al fútbol en un pequeño parque junto a la carretera comarcal. Las bajas temperaturas y la niebla no lograban enfriar los sentimientos: "En el pueblo, somos entre 15 y 20 chavales de la edad de Raúl. Él venía algún fin de semana, en verano, cuando podía estaba aquí, hablábamos de muchas cosas, de chicas, de música, nos reíamos mucho". Diego José García, también tiene 24 años, la edad de Raúl. Mientras habla con aire ausente da patadas con cierta rabia al balón. "A pesar de no haber nacido aquí, venía mucho al pueblo... Es una pena, no le volveremos a ver más".
Raúl ingresó en la Guardia Civil a los 20 años, en octubre de 2003. A nadie en el pueblo le sorprendió. Florencio, un alto cargo de la Guardia Civil, fallecido el año pasado, tío del padre de Raúl "reclutó" a muchos de los guardias civiles del contorno. "Metió en el Cuerpo a mi tío y mi tío me metió a mí", dice Evelio C, de 55 años, un experto guardia civil con más de 25 años de experiencia.
Jesús, de 39 años también pertenece a la Comandancia de León. "No solemos hablar del trabajo en casa y cuando podemos, venimos al bar a jugar la partida. No hay mucho más que hacer".
Ayer, en los dos bares del pueblo, el de Elías y el de Jere se notaba cierta tensión y no precisamente por el enfrentamiento entre el Recreativo y el Zaragoza que retrasmitía la televisión. En las mesas, un comentario generalizado en voz baja en el que coincidían ancianos y jóvenes: "¿Por qué iban desarmados?, ¿no eran muy jóvenes para hacer el trabajo que hacían?".
Yasmina, tiene 20 años. Ella da su personal explicación para tantos vecinos y amigos en la Benemérita. "La mayoría de los jóvenes trabajan en León, pero es difícil tener un sueldo de 1.500 euros, así que o eres policía, militar o guardia civil". Esto puede responder a la estadística; alrededor de 40 guardias civiles en esta comarca leonesa de la Ribera del Bernesga.
Lamberto es militar y amigo del guardia civil asesinado. "Raúl era muy tranquilo, jugábamos al fútbol, salíamos de fiesta. Desde que entró en la Guardia Civil estaba muy ilusionado. No hay derecho a que te hagan esto, es una pena muy grande".
María Teresa, de 43 años, ingeniera agrícola, reconoce que no hay muchas oportunidades ni salidas para los jóvenes en la zona que no sean las de las fuerzas de seguridad del Estado. A María Teresa no le gustaría que su hijo Isaac, de 6 años quisiera ser guardia civil.
Otros en la barra del bar opinan con cierta sorna: "Como no hay vocaciones tenemos que ser guardias".
El Ayuntamiento de Vega de Infanzones, municipio al que pertenece Grulleros, decretó ayer en un pleno tres días de luto.
La corporación, en un escrito, dio su condolencia a la familia de Raúl y pidió a la población que acuda hoy a León a la concentración ante el ayuntamiento a las 11 de la mañana.
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