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El proceso contra el entorno etarra

Una decisión que agudiza la debilidad de Batasuna

Son la inteligencia abertzale. Son los discretos cerebros pensantes que durante los años boyantes de la entonces Herri Batasuna -los ochenta y los noventa- han sostenido la estructura interna, la estrategia política apoyada en una potente infraestructura mediática propia, o la formación ideológica de sus jóvenes generaciones. Eso sí, amparados, muchos de ellos, en el absoluto anonimato.

Han sido el cerebro y el músculo que han aportado a una organización tan atípica como Batasuna los resortes para moverse cómodamente a medio camino entre la legalidad y la clandestinidad. Son además todos ellos veteranos; y su experiencia era muy valiosa para que pudiera aplicarse ante el futuro complicado que debe afrontar Batasuna para hacer frente a su ilegalización.

Por eso, su encarcelamiento, aunque fuera previsible, debilita aún más los recursos humanos y económicos de la formación abertzale. Y le obliga a hacer el relevo generacional en un momento en el que la situación de clandestinidad limita todos sus movimientos y disminuye notablemente los recursos de una cantera que también se ha resentido en estos años de persecución judicial y policial.

La moral de la militancia, que ya estaba por los suelos tras la detención de la Mesa Nacional de Batasuna en octubre, acusará este nuevo golpe, que puede hacer aún más difícil el relevo de la dirección y las estructuras intermedias y más frágil el resultado con la nueva generación.

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