La izquierda exige al Gobierno más eficacia tras el atentado a ERPV
La explosión no causó daños personales pero afectó al portal y varios coches
Pasaban unos minutos de las 7.30 horas de ayer cuando la explosión de un artefacto sobresaltó a los vecinos del número 10 de la calle del Erudito Orellana, en Valencia, donde Esquerra Republicana del País Valencià tiene su sede desde hace tres años. El artilugio -un recipiente de corcho negro cargado de tornillos y pequeñas bolas de acero-, adosado a la puerta del número 10 de la calle del Erudito Orellana afectó al portal y dañó la puerta de la sede y varios coches estacionados en la zona. La explosión se saldó sin daños personales, pese a que nadie avisó de la colocación del artefacto, explicó ayer un portavoz de ERPV.
Partidos de todo el espectro político condenan el ataque ocurrido ayer
En 2007 son tres las sedes atacadas con artefactos por desconocidos
La policía acordonó la calle a las ocho de la mañana para inspeccionar la zona y buscar pistas sobre los posibles autores. A las 11 de la mañana y después de las pesquisas de la policía científica, la calle volvió a abrirse al tráfico. El concejal Seguridad del Ayuntamiento de Valencia, Miguel Domínguez, acudió al lugar para interesarse por lo sucedido, pero no entró en la sede de la formación atacada, añadió la formación republicana.
El presidente del grupo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso de los Diputados, Agustí Cerdà, subrayó la gravedad de los hechos, pues la presencia de metralla en el artefacto demuestra a las claras las "intenciones criminales" de los autores del atentado. "Es un salto cualitativo", dijo Cerdà, respecto de las agresiones contra formaciones de izquierdas y nacionalistas que vienen registrándose desde hace años. El dirigente de ERC, que apuntó a grupos ultras como posibles autores, exigió que se pongan todos los medios para detener a los responsables del ataque.
La práctica totalidad de partidos políticos condenaron esta agresión. Desde el PP hasta EU, el Bloc, IdPV, Els Verds-EEPV, pasando por Coalición Valenciana y la formación de extrema derecha España 2000. La gestora del PSPV fue la última en manifestar su condena. Antes lo habían hecho el PSOE y el grupo municipal de Valencia. La solidaridad llegó también de Acció Cultural del País Valencià, que también ha sido objeto de ataques, alguno a cargo de dos militantes de la formación blavera GAV, según una sentencia firme. El sindicato UGT y la Intersindical Valenciana condenaron la acción.
La izquierda política valenciana recibió este ataque con indignación, dada la situación de indefensión que padecen ante los reiterados ataques a sus locales. El pasado 9 d'Octubre le tocó el turno al Bloc Nacionalista Valencià (BNV). La policía retiró un artefacto incendiario que, al parecer, falló. En mayo de este año, la sede del PP en Valencia también fue blanco de un cóctel mólotov. En años anteriores han soportado acciones violentas la sede de Esquerra Unida en Alicante, la sede comarcal del Bloc en Gandia, así como varios casals Jaume I, especialmente el situado en el barrio de Russafa.
La coordinadora de Esquerra Unida, Glòria Marcos, acusó al PP de no hacer lo suficiente "para aislar a la extrema derecha" y animó al Consell a dejar de explotar la "tensión anticatalanista y el victimismo rancio", dos argumentos que, según la coordinadora general, "están dando alas a la extrema derecha de este país". Enric Morera, del Bloc, y Francesc García reclamaron a la Delegación del Gobierno que "ponga fin al clima de impunidad con que actúa la extrema derecha en el País Valencià". Ambos dirigentes se quejaron de la falta de eficacia en la resolución de estos casos.
El delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, además de su condena, aseguró que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado "trabajan todos los días con todos los esfuerzos para garantizar la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos". Todos los partidos del arco parlamentario catalán condenaron el atentado.
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