Telefónica dobla la dotación de los premios Vida, los más importantes del mundo
La décima edición de estos galardones, dedicados a la creación de vida artificial, se entregan mañana en Barcelona - La mayoría de los proyectos presentados proceden de Estados Unidos, España y Argentina
Son los premios de creaciones artísticas realizadas con técnicas y conceptos de vida artificial más importantes del mundo. Vida, el concurso organizado por la Fundación Telefónica, celebra su décimo aniversario. Y a lo grande: a partir de la próxima edición la dotación de Vida, que este año asciende a 40.000 euros en total, llegará a los 80.000, y además se instituirá el Premio Fundación Telefónica, dotado con 30.000 euros, que reconocerá una trayectoria artística.
"A lo largo de este tiempo el concepto mismo de vida artificial se ha modificado. Lo que empezó como un sistema de computación y simulación, basado en algoritmos evolutivos, se está convirtiendo en una disciplina cada vez más híbrida e influida por la biotecnología. Por ello, el concurso ha ido ensanchando su campo, abriéndose a proyectos con componentes metafísicas y metafóricas", afirma Daniel Canogar, artista y presidente del jurado.
Este año en la categoría principal, reservada a proyectos realizados en los dos últimos años, se presentaron 104 participantes de 31 países. La mayoría (19 proyectos) procedía de Estados Unidos, España (16) y Argentina (10). Por primera vez participaron en la convocatoria obras de Armenia, Turquía, Bolivia y Tailandia.
El gran premio fue para Sarcophagus. Está equipado con espejos, pantallas y teléfonos para que los visitantes puedan acceder a los restos digitales de los pilotos de la Mission Eternity, es decir, los voluntarios que ceden su memoria al proyecto. La tecnología se convierte así en un instrumento para alargar la existencia más allá de la muerte.
En la categoría de incentivo a la producción iberoamericana, reservada a España, Portugal y América Latina, participaron 48 proyectos, con un sensible aumento respecto al año pasado, que fueron
30. Vida ha repartido otros 20.000 euros para apoyar la producción iberoamericana. El primer premio (10.000 euros) es para Greenbots del español Álex Posada, un proyecto que propone una forma creativa e innovadora de representar los grados de contaminación medioambiental a los que estamos sometidos.
Durante diciembre a través de la web el público podrá votar su obra preferida y entre los participantes se sortearán entradas para visitar las piezas ganadoras, que se expondrán como ya es habitual en el espacio de la Fundación en la feria de arte contemporáneo Arco.
Entre los actos conmemorativos, La Fundación Telefónica organizará en Madrid una exposición antológica, Lo mejor de Vida, que reunirá los proyectos premiados en las ediciones pasadas.
VIDA: www.telefonica.es/vida
ALAV 2.0 (EE UU, 2006), de Jed Berk. Mención honorífica
Los ALAV, acrónimo de Autonomous Light Air Vessels, son miniaerostatos, dotados de comportamientos individuales y colectivos. Los visitantes, tras declararse amigos o enemigos, pueden utilizar sus teléfonos móviles para influenciar su comportamiento y establecer conversaciones a través de un sistema interactivo de reconocimiento de voz. La actitud de los visitantes afecta al "factor de felicidad" de los ALAV: si es alto el grupo se mantiene más activo y más cerca de los visitantes; si es bajo se mantiene más quieto y alejado.
- www.alavs.com
Propagaciones (Argentina, 2007), de Leandro Núñez. 3º premio
Un sistema de sencillos robots que explora la relación hombre-máquina a través de la materialización de uno de los arquetipos de la vida artificial, el autómata celular Life, creado por John Conway en 1970, a partir de los sistemas descubiertos en el campo de la física computacional por John von Neumann, en la década de 1940. Son 50 pequeñas esculturas robóticas formadas por una varilla y un elemento circular dotado de una interfaz lumínica con sensores de luz como receptores y leds como emisores que les permite comunicarse entre ellos y con el público. Los robots funcionan independientemente, pero su estado depende del comportamiento de sus vecinos. El sistema permanece estable hasta que es perturbado, entonces evoluciona. También el público puede intervenir en la dinámica de los robots con una linterna.
NoArk (Australia, 2007), de Oron Catts y Ionat Zurr. 2º premio
Catts y Zurr consiguen el segundo premio de Vida (7.000 euros) con NoArk, que investiga la crisis de los sistemas taxonómicos, inducida por las nuevas formas de vida mediante la biotecnología. NoArk invierte la lógica de lo que constituye la vida artificial e intenta materializar esa paradoja en una instalación, que combina animales embalsamados con organismos generados artificialmente con elementos biológicos. La obra es una vitrina, que contiene un biorreactor que mantiene en movimiento los especímenes disecados y una masa de células de diferentes organismos. Como los gabinetes de las maravillas del siglo XVII anticiparon los museos de historia natural, NoArk, uniendo colecciones de suborganismos inclasificables, actúa como precursor de una nueva forma de aproximarse a una naturaleza creada artificialmente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.