"El arte puede ser un tratamiento de lo imposible de soportar"
Sagrario García (León, 1951), psiquiatra y psicoanalista, acaba de fundar en Bilbao, después de 30 años de experiencia clínica, la Asociación Creaturas. Casa de Arte Bruto, junto a Helena González Sáenz, Itziar Otalora y Olga Expósito, El término art brut (también definido como "arte de los locos", "outsider art", "arte diferenciado" y otros términos similares) fue acuñado por el pintor Jean Dubuffet en 1945. La asociación quiere convertirse en lugar de encuentro de realizaciones hechas por quienes no reclaman la emancipación de sus obras, del mismo modo que no van tras la búsqueda de un reconocimiento en los circuitos del arte oficial.
Pregunta. ¿Qué les ha movido a fundar Creaturas?
"El arte es un vehículo de curación, indudablemente"
"El que la mirada se suelte del cuerpo la puede volver peligrosa"
"Su territorio no llega a Paraíso; conformémonos con que sea habitable"
Respuesta. Lo resumiría como el deseo de encontrar alojamiento para el desamparo radical que supone reconocerse separado y distinto de cualquier cosa, y el deseo de vida que empuja a dar un valor "agalmático" al enigma que supone lo raro, lo otro.
P. ¿Cree que el sujeto está en disposición de enfrentar lo innombrable de lo real?
R. Es una lección que recibo a menudo. Algunos sujetos, con medios muy precarios, están muy dispuestos a este encuentro y se esfuerzan lo indecible en ello. No sabemos por qué otros prefieren no saber nada de ello y trabajan incansablemente para evitar este encuentro.
P. ¿El arte es un vehículo de curación?
R. Indudablemente, pero me gusta más emplear el término "tratamiento" que "curación". La curación sugiere una vuelta a un estado anterior que se supone armónico y acorde a una norma establecida. Es mucho más aclaratorio pensar el arte como un modo de tratamiento de lo imposible de soportar. Hay otros modos, pero el arte no es nada desdeñable.
P. ¿Tienen una opinión formada los enfermos sobre el arte que practican?
R. Mejor no hablar de enfermos, para no hacer con ello una categoría cerrada. Dejemos al sujeto la libertad de ubicarse en esa categoría o de rechazarla. Respecto a la pregunta, diré que no se molestan mucho en tener una opinión, aunque no está excluido que la tengan.
P. ¿También sobre el arte de los demás pacientes?
R. No especialmente. Al menos en mi experiencia me ha pasado desapercibida.
P. ¿Cuáles son los colores con más poder terapéutico y cuáles los predilectos de los pacientes?
R. Más allá del valor simbólico que nuestra cultura adjudica a los colores, el rojo equivalente a pasión, por ejemplo, lo demás son modos de ordenar y clasificar afectos y goces por medio de un saber-supuesto que "terapeutiza" sobre todo al que aplica la rejilla del orden.
P. ¿Al ver expuestos sus cuadros en público ganará su autoestima?
R. Hay que esperar que sea así. Algo a tener muy en cuenta, y con lo que se debe ser extremadamente cuidadosos, es que el llegar a exponer su cuadros, además de que en algunos casos aumente la autoestima, puede llegar a tener consecuencias penosas. El hecho de que la mirada se suelte del cuerpo y de la función de visión que cumple en ese cuerpo, la puede volver peligrosa e incluso persecutoria.
P. ¿El paciente tiene miedo a utilizar algunos colores determinados?
R. Después de más treinta años de práctica puedo decir que no.
P. ¿Para que sus cuadros se expongan públicamente basta con que el paciente dé el visto bueno o es la familia quien debe hacerlo?
R. Con que quiera el interesado es suficiente. En caso de que no esté en condiciones de juzgar, alguien que sea incapaz jurídicamente, tendremos la sensibilidad de obrar con todo el cariño y respeto del mundo.
P. ¿Qué les mueve a pintar?
R. ¿Qué me ha hecho a mí tener la vocación que tengo? Si no puedo responder demasiado por mí, ¿cómo voy a responder con algo que agrupe a todos? No existe ninguna generalidad. Y si existiera, esa generalidad no nos dice más que en cada caso particular se trata de encuentros azarosos que dejan marcas en el modo de gozar, y que a partir de ahí uno tiende a repetir la búsqueda de placer siempre por el mismo camino.
P. ¿Ellos podían asegurar que el arte tiene valor porque les "saca de aquí"?
R. Quizá sea una vía de valor para algunos. Tal como aseguran ciertos cineastas: quieren entretener, sacar a la gente de la rutina. No diría que es la más común. Más bien diría que poquito. No es el soñar despierto.
P. ¿Vivir en el reino expreso-artístico de las formas y los colores es para ellos su Paraíso?
R. Su territorio no creo que llegue a Paraíso; conformémonos con que sea un mundo habitable.
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