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Reportaje:

La radiografía del consumidor cultural

Una macroencuesta refleja las audiencias en los territorios de habla catalana

La mitad de los habitantes de Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana no han leído un sólo libro en el último año. De los que sí lo han hecho, el 79% ha optado por la novela y el 80% ha escogido libros escritos en castellano. Son algunos datos, mínimos, del apabullo de información que refleja en sus 775 páginas llenas de tablas y variables el primer Barómetro de la comunicación y la cultura, una macroencuesta presentada ayer en Barcelona con la que la Fundación Audiencias de la Comunicación y la Cultura (www.fundacc.org) pretende radiografiar las audiencias y el consumo cultural de los territorios de habla catalana para, a la larga, aumentar la presencia del catalán en estos ámbitos.

El sondeo se ha realizado con 40.000 entrevistas de 45 minutos

Según señaló Lluís Tolosa, director técnico del barómetro de la Fundacc, el estudio está situado entre los 10 más exhaustivos del mundo, con 40.000 entrevistas realizadas en el último año en un mercado de 13 millones de consumidores. La macroencuesta busca hacer una "fotografía de alta definición" del territorio de habla catalana (Cataluña, Valencia y Baleares) para ofrecer instrumentos de actuación a empresas de comunicación, publicidad y a las industrias culturales con el objetivo de que "el mercado sea más competitivo y democrático", indicó ayer Salvador Cardús, presidente de Fundacc. "Así podremos dar a todo el mundo lo que quiere", añadió. De hecho, es tal la cantidad de datos que éstos se pueden cruzar y conocer así el grado de interés cultural en función de la preferencia política, la lengua o la clase social. De todas maneras, los medios de comunicación son el aparatado que más interesa a este estudio dedicado principalmente a analizar al detalle las cuotas de audiencia.

La macroencuesta revela, por ejemplo, que los ciudadanos leen con mayor frecuencia la prensa en castellano. En opinión de Cardús, esta tendencia no se debe a que la audiencia no esté interesada en las publicaciones en catalán, sino a que la oferta es escasa. Entre las revistas mensuales de pago con mayor seguimiento, solamente hay una en catalán y está en el puesto 17º. Se trata de Sàpiens. El barómetro es tan exhaustivo que en la muestra aparecen también las publicaciones comarcales, unas cabeceras a las que los sociólogos de la Fundacc no querían restar importancia. En la clasificación de las revistas semanales de Cataluña hay seis en catalán entre las 16 primeras. Sin embargo, y según se desprende del estudio, el territorio de habla catalana constituye un mercado básicamente televisivo, con el 87% de penetración del medio.

Las cadenas estatales son las más seguidas entre los jóvenes, mientras que las autonómicas tienen su mayor audiencia entre los espectadores con un nivel educativo más alto.

Aunque Fundacc es una empresa privada y en el futuro prevé autofinanciarse, de momento ha contado con el fuerte apoyo del Departamento de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat, en estos momentos dirigido por ERC y al frente de la cual se encuentra el profesor Joan Manuel Tresserras, gran defensor de la tesis de que el catalán, al igual que el castellano en Latinoamérica, tiene que apostar más por ganar cuota en el mercado antes que continuar viviendo de la subvención institucional. Con todo, de los dos millones que ha costado realizar esta macroencuesta, la Generalitat ha aportado casi 1,5 millones.

La macroencuesta busca hacer una "fotografía de alta definición" del territorio de habla catalana (Cataluña, Valencia y Baleares), lo que supone intentar reflejar también las costumbres culturales de los ciudadanos que viven en las regiones más despobladas, explicó Cardús. Así, en Vall d'Aran, por ejemplo, se ha entrevistado a uno de cada 30 habitantes. El trabajo de campo consiste en realizar entrevistas de 45 minutos de duración a 40.000 ciudadanos mayores de 14 años, lo que permite a los sociólogos afirmar que la muestra tiene un grado de confianza del 95%.

En castellano y, a ser posible, gratuita

De las 775 páginas del barómetro, no llegan al centenar las dedicadas a analizar el consumo cultural. Aun así, en ellas pueden encontrarse datos interesantes. Por ejemplo, se confirma lo que ya se vio en el caso del adelanto referido a los jóvenes que se presentó a mediados de octubre: el grueso del consumo cultural se realiza en castellano. Es así en música (el 75%), en libros (80%), cine (94,5%) y espectáculos (58%).

Otros datos interesantes son que por ejemplo, en espectáculos, la mayoría son de pago (84,%) y gana por goleada el teatro (77%) frente al circo (23%) y la danza (14,8%). En los conciertos, en cambio, el 38% de los que han asistido a alguno en el último año (que es menos de un tercio del total de encuestados) no ha pagado entrada y la mayoría han optado por conciertos de pop rock (57%) seguidos de los amantes de la clásica (19,5%) y la canción de autor (13,1%). Géneros como el jazz, la salsa, el flamenco y la música tradicional no llegan al 10%.

En cine, por otra parte, la mayoría de entrevistados va a multicines (92%) y más de la mitad (55%) prefiere las películas de acción y aventuras seguidas de las comedias (33,2%) y los dramas (23,6%). Respecto a las exposiciones, la división entre las de pago y las gratuitas es de una sola décima, aunque más del 80% no ha visto ninguna. En libros es curioso ver como hay más lectura que ventas. De los que han leído en el último año, el 36% ha comprado el libro en una librería, pero al 31% se lo han regalado y al 17,9% se lo ha dejado alguien. En música la procedencia es mucho más variada, aunque también abunda la gratuidad: el 44% la escucha por la radio, el 11% se la baja por Internet y sólo el 10,7% va a buscarla a una tienda de discos convencional.Por géneros, no hay sorpresas. Consumen más cultura las mujeres que los hombres, pero sin diferencias abismales.

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