"Las obras llegan con dos o tres décadas de retraso"
La llamada segunda área metropolitana de Cataluña no tiene apenas transporte público. En buena medida, lo que impulse Josep Fèlix Ballesteros (PSC) en la alcaldía de Tarragona condicionará el diseño territorial. A falta de trenes, apuesta por los autobuses.
Pregunta. ¿El Camp de Tarragona tiene un déficit de infraestructuras preocupante?
Respuesta. El corredor mediterráneo, la llegada del AVE, la N-340, la N-240, los tres carriles en la autopista AP-7... son obras que están por fin en vías de solución. Lo que pasa es que llegan dos o tres décadas tarde. Estamos en crisis, porque la demanda ha superado con mucho las posibilidades de movilidad. Nuestro ámbito metropolitano tiene una necesidad no resuelta de movilidad en red. Debemos tener una Autoridad Metropolitana del Transporte con visión conjunta del territorio.
No pediré la dimisión de la ministra de Fomento porque no serviría de nada. Lo que tiene que hacer es solucionar el caos
La crisis de Cercanías, en el ámbito de Tarragona nos está afectando y mucho, aunque no en el transporte de la ciudad
P. Hoy no existe un sistema ferroviario que pueda asumir esta función. ¿Cómo articular un transporte público eficiente?
R. Primero, comunicación a través de autobús. Soy partidario de habilitar un carril para autobuses entre Tarragona y Reus por la T-11. Luego, planificar un sistema de transporte ferroviario ligero para el territorio.
P. La Generalitat ha presentado el plan territorial del Camp de Tarragona.
R. Tras 26 años de las primeras iniciativas de planificación territorial, comenzamos ahora. Es lamentable. Este plan prevé llegar a 900.000 habitantes en los próximos años. No hemos sido capaces de decidir un dibujo. Como ejemplo está el Baix Penedès: tiene mejor enlace con Barcelona que con Tarragona.
P. La crisis de Cercanías ha supuesto también un agravio para los usuarios de Renfe tarraconenses. ¿Qué piensa hacer?
R. El PSC y ERC reclamaremos desde el Ayuntamiento la gratuidad del servicio y compensaciones. Tenemos 5.000 transportes diarios entre Barcelona y el ámbito de Tarragona. Nos está afectando y mucho, aunque no en el transporte de la ciudad.
P. ¿Cree que la ministra de Fomento debería dimitir?
R. No. No serviría de nada. Lo que tiene que hacer es solucionar el caos.
P. Parece semienterrado el proyecto de tranvía que una las principales ciudades del territorio, el llamado Tramcamp.
R. Hay que ver si tenemos masa crítica de población. Es verdad que este proyecto pretende aprovechar vías existentes, con lo que la inversión es menor. Pero es un proyecto a ocho años vista y mientras tenemos que arbitrar sistemas de autobuses.
P. Cada ayuntamiento tiene el suyo propio. ¿Eliminaría las empresas municipales?
R. Sí. Hay que eliminar el sistema atomizado de autobuses y unificar el transporte. El alcalde de Reus está de acuerdo; el de Cambrils, entusiasmado; los de Vila-seca y Salou, también... Habría mucho acuerdo territorial. La pregunta del millón es cómo se distribuyen los gastos y cómo integramos a las empresas privadas. Y hace falta también que la Generalitat termine con su idea de que cada ayuntamiento tenga una empresa pública que no supere el límite municipal.
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