Los extranjeros agitan la banca mediana
La presencia de Crédit Agricole y Unicredito en Bankinter y Sabadell podría provocar fusiones defensivas en el sector
La banca extranjera tiene un récord difícil de igualar: la cantidad de fracasos que ha cosechado (y el dinero que ha perdido) intentando establecerse en España. Acudieron a la apertura del mercado en 1978 y llegó a haber más de treinta entidades establecidas, que nunca sumaron más del 15% de cuota de mercado.
Ahora ha llegado una segunda oleada, protagonizada por entidades fuertes que están interesadas en el mercado minorista español. Unicrédito se hizo con el 4% del Sabadell en mayo pasado y Crédit Agricole ha pedido permiso al Banco de España para adquirir hasta el 29,99% de Bankinter.
Los italianos y franceses conocen la experiencia pasada y no tropezarán en la misma piedra. En los años ochenta utilizaron la chequera para entrar, pero compraron entidades con problemas (por eso se desprendían de ellas los bancos españoles) y no tuvieron gestores locales que entendieran lo difícil que era competir en un país plagado de oficinas. Quince años después de la entrada, a mediados de los noventa, la crisis económica arruinó la mayoría de los planes de conquistar España.
Las entidades foráneas son conscientes de que quedan pocas oportunidades en España y están dispuestas a pagar por la cuota de mercado
El mercado alaba fusiones como la de Banesto con Bankinter (si no es muy tarde) y la del Popular con el Sabadell, la más ambiciosa
Los ejemplos son múltiples. En el lado francés está Crédit Lyonnais, que adquirió la Banca Jover y la BNP que hizo lo mismo con la Banca López Quesa. Entre los británicos estuvo NatWest que firmó una alianza con los March y terminó adquirida por el Sabadell. El Abbey soltó sus oficinas en manos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo y otros, como Lloyd, Midland, Bank of America, Banco de Roma, Dresdner Bank y Crédit Agricole, se redujeron a una presencia testimonial o se marcharon.
Realmente sólo uno ha logrado su objetivo completo: Barclays, que tiene una presencia razonable, tras comprar el Banco Zaragozano, a un alto precio, y antes el Banco de Valladolid. Deutsche Bank ha tenido un viaje de ida y vuelta, pero tiene una cuota relevante en rentas medias y altas, tras vender oficinas. Citibank, después de enormes pérdidas, se mantiene con planes de expansión basados en los casi 5.500 agentes comerciales.
Crédit Agricole fue el protagonista, la semana pasada, porque ha dicho que quiere hacerse con el 29,99% de Bankinter. Tiene pactado comprar el 19,9% del capital, a la espera de la luz verde del Banco de España. Ha seguido los pasos de Unicredito, aunque éste ocupa un discreto lugar con el 4% en Banco Sabadell. Ambos bancos han anunciado acuerdos comerciales de colaboración con Bankinter y Sabadell como un primer paso. Quizá, más adelante, lleguen a palabras mayores.
"La sensación es que los bancos extranjeros minoristas están convencidos de que la banca mediana es una buena oportunidad para crecer. Abrir oficinas es demasiado lento y costoso, y sin una marca de prestigio no se puede tener una cuota de mercado que rentabilice la inversión", comenta Enrique Martín, del área financiera de Analistas Financieros Internacionales (AFI). En esta segunda oleada, los extranjeros no cometerán los errores del pasado: buscan bancos buenos aunque les cueste más dinero.
Algunos analistas apuestan por una subida de las cotizaciones de los medianos ante el interés mostrado, pero es algo con lo que discrepa Ahorro Corporación. "Estas entidades están bajas porque el mercado cree que caerán sus márgenes y sus volúmenes mientras que aumentará la morosidad y el coste de financiación".
Al margen de su evolución en Bolsa, ahora la atención está en el Banco de España, que debe autorizar la adquisición de hasta un 30% de Bankinter por parte del banco francés de las cooperativas. Los expertos creen que ha elevado el listón hasta el 30% porque "con este porcentaje ya es prácticamente imposible que alguien desplace a los franceses. Lo saben y por eso han acelerado su estrategia de toma de control". Jaime Botín, principal accionista, es dueño del 16,3%, mientras que Fernando Masaveu tiene el 5,5%. Ambos suman el 21,8% y podrían llegar al 25% o algo más con otros paquetes accionariales amigos, según algunas fuentes. Esta circunstancia puede explicar el interés de los franceses por tomar hasta el 29,99%. Lo que ocurre es que el Banco de España nunca ha autorizado una toma de control tan importante como la que pide Crédit Agricole de una primera vez.
El Sabadell también tiene bicho dentro, con la presencia de Unicredito, el sexto mayor banco de Europa, cinco veces más grande que el catalán y con clara voluntad expansionista.
Ante este acoso extranjero, la reacción podría ser reavivar las fusiones dormidas entre los españoles. Íñigo Vega, analista de Iberian Equities, cree que "es posible que haya fusiones defensivas. Además de los problemas de las hipotecas subprime y de la liquidez del mercado, los bancos podrían unirse para defenderse de sus competidores extranjeros". Incluso, un alto ejecutivo bancario apunta que el BBVA y el Santander verían con buenos ojos que los medianos se fusionaran antes que competir con gigantes europeos como Unicredito o Crédit Agricole.
El banco de inversión Merrill Lynch, tradicionalmente cercano al Santander, lanzó un informe, el viernes pasado, en el que alababa la fusión de Banesto con Bankinter. Otras firmas no descartan la operación más clásica: que el Popular compre el Sabadell. Esta fusión crearía una entidad de primera línea.
La idea no es descabellada. Según Josep Oliu, presidente del Sabadell, "a nivel doméstico, todos los bancos son complementarios de una forma u otra con nosotros. Pero no todos tienen la capacidad de añadir valor para los accionistas del Sabadell. Y lo que puede ser posible en algún momento puede no serlo en otro. El escenario es cambiante. El futuro lo dirá", declaró recientemente. Respecto a la posibilidad de que la entidad italiana dirigida por Alessandro Profumo tome el control del Sabadell, Oliu declaró que por tamaño y capacidad, si quisiera, "podría comprar todo el banco. Pero hoy no contempla comprar el banco", afirmó.
En lo que todos están de acuerdo es que las posibilidades son escasas. Además de los cuatro citados, quedan el Pastor, el Guipuzcoano, el Banco de Valencia y el Banco Gallego. Todos exigen una OPA sobre el 100% para controlarlos porque las cajas (o una fundación) tienen casi la mayoría.
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