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Reportaje:

El gran jefe del rock renueva seguidores

Springsteen toca hoy en Madrid convertido en inesperado icono 'indie'

Es posible que su nuevo álbum, Magic, sea su trabajo más consistente de los últimos años. Sus conciertos con la E Street Band en España (hoy en Madrid; mañana, en Bilbao) han vuelto a vender las entradas en un tiempo récord. Pero es posible que lo que más sorprenda del último Springsteen (Nueva Jersey, 1949) sea haber pasado de apestado en los círculos del rock alternativo y de vanguardia a influencia que lucir orgulloso.

Se le cita en críticas y entrevistas de gente como Bright Eyes, The Hold Steady, The National, Arcade Fire y hasta The Killers, que pasaron de ser una versión ética y estética de Duran Duran a dejarse crecer la barba y el pelo, calzarse botas de motero y cantar a las autopistas. ¿Les suena la imagen? Como estos grupos, sus fans reivindican el periodo dorado de Springsteen (1975-1987). Algo impensable en los posmodernos noventa, cuando escucharle no podía traer nada bueno. El Boss siempre ha sido un tipo que tomarse en serio. Alguien llamado a reconfortar el alma de Estados Unidos tras el trauma del 11-S con The rising (2001).

Quizá todo se deba a que la nueva generación no vivió la omnipresencia springsteeniana de los ochenta. Lo horriblemente mal entendida que fue su canción Born in the USA, de la que se apropió el sector más derechista de EE UU con Reagan a la cabeza. Hoy, estos nuevos discípulos prefieren quedarse con la cara de los setenta, la del músico que escribió Because the night con Patti Smith, que versioneó a Suicide y Tom Waits, que aparecía en el disco Street Hassle, de Lou Reed, y escribió Hungry heart con idea de que la cantaran los Ramones.

El primero en lucir públicamente su obsesión por Springsteen fue Badly Drawn Boy, una especie de bardo alternativo que tituló su disco de 2006 Born in the UK. Su carrera no sería la que es de no haber visto al jefe tocar Thunder road en televisión en 1984. "Springsteen es totalmente responsable de que mi vida sea mejor de lo que nunca creí posible", dice. Por si quedara alguna duda de su devoción, bautizó a su hijo Oscar Bruce.

Con todo, el empujón definitivo le tuvo que venir de Canadá. Hace ya dos años que el grupo de Montreal Arcade Fire se convirtió en la joya de la nación alternativa. No sólo han vendido dos millones de sus dos discos, sino que estrellas como David Bowie se pegan para aparecer con ellos.

Win Butler, líder de la banda, no tiene empacho en reconocer que su modelo es Springsteen. Hace pocas semanas, él y Regine Cássane, su pareja sentimental y compañera al frente del grupo, acompañaron al Boss cuando tocó en Montreal. Como siguiente capítulo de esta inesperada historia de amor, en el número de diciembre de la revista estadounidense Spin, que se pone a la venta el 27 de noviembre, la portada la ocupan Springsteen y Butler en una sesión de fotos conjunta y una entrevista a ambos.

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