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EL CORNER INGLÉS | Fútbol internacional
Columna
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Ingleses con España

"Es disciplinada, confiable, dura. Nunca cede al pánico. Nunca pierde de manera bochornosa. Hace todo lo que tiene que hacer con carácter y tenacidad".

-Henry Kissinger,

ex secretario de Estados Unidos,

sobre la selección inglesa.

Siendo realistas, yendo más allá de cuestiones de amor propio nacional, lo más duro para los ingleses es que no tendrán equipo en el gran show futbolístico del verano, la fase final de la Eurocopa. Se sentirán como huérfanos en Navidad. O quizás no. Papa Noel es bondadoso. Habrá motivos para que se apasionen, para invertir en el torneo la energía irracional del aficionado. Siempre y cuando sean fans de un equipo de la Premier.

La buena nueva para los ingleses, y también para los españoles, es que tras la vergonzosa derrota de la selección inglesa ante Croacia (2-3) esta semana se produce de repente el extraño fenómeno de que la selección española podrá contar con el apoyo fervoroso de una parte significativa de los súbditos de la reina Isabel. Empezando por los aficionados del Liverpool. ¿Quién les representará en la Eurocopa? No Steven Gerrard, sino Reina, Fernando Torres y Xabi Alonso. Tal es la devoción que despiertan los españoles en el mítico club del norte de Inglaterra que -denlo por un hecho- sus supporters se nacionalizarán españoles durante junio de 2008.

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Los del Arsenal lo tendrán menos claro. Una buena parte de ellos, seguramente la mayoría, irá con España, ya que se supone que su ídolo, Cesc Fábregas, será titular. Otros se consolarán con Holanda, donde nació el que promete ser uno de los grandes goleadores de Europa en los próximos años, Robin van Persie. Francia también tiene representación en el Arsenal, con Mathieu Flamini. Otra opción interesante para los aficionados de los gunners es la República Checa, cuyo jugador más creativo es el centrocampista Tomas Rosicky.

Para los del Manchester, la elección será fácil: Portugal, la selección de Cristiano Ronaldo. La afición del Chelsea quizá también se incline por Portugal, ya que el central Ricardo Carvalho es de allí, aunque podrían optar por los checos, de donde procede su gran portero, Cech, rival de Iker Casillas para el título de mejor del mundo.

Y así en todos los equipos de la máxima división inglesa. Lo cual tiene su pizca de ironía, ya que el argumento más común en Inglaterra para explicar la debacle de la selección es que hay demasiados extranjeros en la Premier.

Puede que ésa sea parte de la explicación, pero no la única, y seguramente no la más importante. La década más desastrosa para la selección inglesa no ha sido ésta, sino la de los setenta. Tras ganar el Mundial en 1966, Inglaterra no se clasificó ni para el Mundial de 1974, ni para el de 1978. Ni siquiera para la Eurocopa de 1976. Pero en esos tiempos no había apenas jugadores nacidos fuera de las Islas en la Liga inglesa. Desde que empezaron a aparecer, tras la llegada de los argentinos Osvaldo Ardiles y Ricardo Villa en 1979, Inglaterra se ha clasificado para todos los Mundiales, sin excepción. Incluso llegó a la semifinal en 1986, año en el que el Liverpool ganó la FA Cup sin un jugador inglés. Eran casi todos del resto del Reino Unido o de Irlanda.

Hay otra respuesta al argumento, tan común en España también, de que los jugadores extranjeros impiden el desarrollo de los nativos. Se resume en una palabra: Italia. El calcio fue pionero en la importación de futbolistas pero año tras año, década tras década, su selección sigue siendo tremendamente competitiva.

La verdad es que, con una espina dorsal formada por John Terry, Steven Gerrard, Frank Lampard y Wayne Rooney, no hay ninguna explicación sencilla de por qué Inglaterra es incapaz de triunfar en la Eurocopa y Grecia, la vigente campeona, sí. El fútbol es un enigma. O si no, ¿cómo entender que el verano que viene haya millones de ingleses volcados con la selección de Luis Aragonés?

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