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Reportaje:Chrysler Grand Voyager

Una casa con ruedas

Marcos Baeza

Es el monovolumen más grande y capaz del mercado, un superfamiliar que permite viajar con media casa a cuestas sin agobios de espacio y con mucha comodidad. El nuevo Chrysler Grand Voyager tiene 5,7 metros cúbicos de volumen interior (el doble que un VW Golf), incluye siete plazas en tres filas (2+2+3) y es uno de los pocos modelos que pueden acomodar a adultos en la tercera fila manteniendo un buen maletero aunque se utilicen todos los asientos. Sólo el Ssangyong Rodius puede rivalizar con él en habitabilidad.

El modelo americano es también una referencia en soluciones prácticas, porque recoge sistemas a la última que refuerzan su funcionalidad, como la segunda y tercera fila ocultables en el piso (más útil que los asientos extraíbles) y el accionamiento eléctrico del portón trasero y las puertas laterales correderas, que mejora el confort.

La principal pega es su tamaño, que puede resultar incompatible con algunas calles y plazas de garaje europeas. Y es que mide 5,14 metros de longitud, 2 de ancho y 1,75 de alto, unas dimensiones algo excesivas.

Chrysler inventó la arquitectura monovolumen en 1983 con el primer Voyager, y ha vendido 12 millones de unidades desde entonces. En Europa, la marca pionera fue Renault, que lanzó el Espace en 1984.

Desde 39.500 euros

El nuevo Grand Voyager es una propuesta más avanzada que el actual. Transmite mayor sensación de calidad, viene mejor equipado y añade un motor más potente y un nuevo cambio automático de seis marchas, aparte de un interior con todo tipo de huecos y detalles. Saldrá a la venta el próximo enero y las mejoras elevarán apreciablemente su precio. Según la marca, el aumento no llegará al 10%, con lo que se pueden estimar unas tarifas a partir de unos 39.500 euros.

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Otra novedad en la gama del monovolumen estadounidense es que ya no se ofrecerá con tracción 4×4, y tampoco habrá una versión Voyager, la variante corta con menos longitud. Este hueco de mercado lo ocupará el Dodge Journey (ver recuadro), que llegará en el verano de 2008.

Para maximizar el espacio interior, la carrocería abandona las esquinas redondeadas del modelo actual y pasa a un formato más cuadrado. Así, el techo crece 15 centímetros en anchura y se iguala casi con la cintura del coche. El resultado es una imagen menos estilizada, aunque mantiene un toque elegante y añade una mayor presencia. Pero, a pesar de las apariencias, presenta una aerodinámica mucho más afinada: el Cx ha bajado de 0,35 a 0,32.

La carrocería también es un 18% más rígida, y estrena ejes de ruedas más anchos y otras mejoras. Estos avances técnicos se aprecian en la conducción, porque el Grand Voyager 2008 tiene un tacto más preciso y ofrece un confort superior al de su antecesor, tanto por suavidad de mandos como por insonorización y suspensiones. Y resulta más manejable de lo que cabría esperar a priori por su tamaño.

El motor 2.8 CRD turbodiésel de 163 CV no suena mucho y mueve las 2,1 toneladas de peso con cierta soltura, aunque tampoco sobra potencia y se queda algo justo en adelantamientos y subidas prolongadas. Consume 12,8 litros en ciudad, 7,3 en carretera y 9,3 de media, y emite 247 g/km de CO2. La gama se completa con un motor 3.8 V6 de gasolina y 193 CV que sólo se traerá bajo pedido.

ESP, seis 'airbags' y climatizador

El equipamiento para España no está cerrado todavía, pero se ha confirmado que habrá tres acabados: LX, Touring y Limited. El primero incluirá ya seis airbags, ABS y ESP, climatizador, radio-CD con MP3, llantas de aleación, ordenador de viaje y las siete plazas. El acabado superior sumará tapicería de cuero, techo solar y otros detalles. Como opción se podrán montar varios elementos de confort y sistemas de comunicación: dos pantallas DVD, asientos giratorios y con plegado eléctrico, cámara trasera de aparcamiento y hasta un equipo multimedia que reúne GPS, bluetooth, puerto USB y memoria interna de 20 gigabytes.

Menos estilizado que el actual, pero también con mayor presencia. El nuevo Grand Voyager apuesta por las formas cuadradas para maximizar la habitabilidad.
Menos estilizado que el actual, pero también con mayor presencia. El nuevo Grand Voyager apuesta por las formas cuadradas para maximizar la habitabilidad.

MUY AMPLIO Y MUY FLEXIBLE

MUCHO ESPACIO y una atmósfera acogedora. El Grand Voyager es como un minibús de lujo, porque su habitáculo amplio y cuidado reúne siete plazas válidas para adultos y un maletero de 638 litros. Cada pasajero dispone de sus propios huecos, posavasos y luces de lectura, y tampoco faltan otros detalles de confort, como las mesitas tipo avión y las cortinas en las ventanas. Además, las puertas laterales correderas y el portón trasero pueden tener accionamiento eléctrico.

Para ampliar el espacio de carga basta ocultar la tercera fila bajo el piso (incluye plegado eléctrico en los acabados superiores), lo que aumenta la capacidad del maletero hasta casi 2.000 litros. Y si se esconde también la segunda, llega a unos imponentes 3.300, como una furgoneta de reparto. Los asientos ocultables son más útiles que los extraíbles, porque no hay que dejarlos en casa y están siempre disponibles. La tercera fila sólo puede ser del primer tipo, pero en la segunda hay dos alternativas para elegir: butacas ocultables o giratorias con mesa (en la foto grande), muy prácticas para los viajes.

DODGE JOURNEY, EL SUSTITUTO DEL VOYAGER

ESTE DODGE ocupará el hueco del Voyager, que deja de fabricarse. Su línea recuerda a los todoterrenos, aunque es un monovolumen grande. Mide 4,88 metros; tiene siete plazas, con las dos últimas ocultables en el piso, y monta un motor 2.0 CRD turbodiésel de 140 CV. Llegará en verano de 2008.

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Sobre la firma

Marcos Baeza
Redactor de Motor, especializado en producto y tecnología. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS, desde 1998, ligado siempre al automóvil. Sigue la actualidad del sector, prueba los nuevos modelos que llegan al mercado y analiza las tendencias y tecnologías asociadas, como la nueva movilidad eléctrica.

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